Mi cuñada se compró el traje allí, y quedó encantada, tanto con el trato como con los arreglos. No tuvo ningún problema, y la verdad que el vestido le quedaba impresionante.

Vestido de invitada nuevo , supuestamente de alta calidad , y llego a la iglesia prácticamente deshilachado , precio muy caro y la respuesta de la tienda que he tenido mala suerte ! No te dan solución , como ya está pagado pues a comermelo

Me casé la pasada primavera. Elegí un vestido de la colección cocktail 2018 de Rosa Clará. El trato y la atención fueron buenas, pero el vestido cuando terminó la ceremonia de la boda estaba roto por la manga. Cuando salí del almuerzo me personé en la tienda y me dijeron que debía hacer un 'uso adecuado', quisiera que me dijeran que significa eso. Parece ser que la novia tiene que ser 'un maniqui' y no debe dar un abrazo a su madre. Cuando he presentado una queja formal me contestan que la tela exige un especial cuidado y que me lo advirtieron tanto en las prueba como cuando formalicé la compra... Si me hubiesen advertido de esto, nunca me hubiese gastado 640 euros en un vestido. En la pruebas solo se me advertía de que tenia que pagar, cosa que hice porque era mi obligación. No cabe la posibilidad de que la prenda estuviera en mal estado o defectuosa, mal cosida... Rosa Clará es infalible y yo soy la responsable porque no hice un uso adecuado. Por supuesto yo no os recomiendo este establecimiento... los vestidos son muy bonitos, pero como tengáis algún problema no asumen ninguna responsabilidad. A parte de arruinarme el día de mi boda me humillan como persona y como mujer al hacerme responsable por no saber comportarme y no usar el vestido de 'forma adecuada'. Una verdadera pena. Espero que os ayude mi experiencia.

Un vestido precioso.
No era vestido blanco. Era con unos tonos azulados, morados. La tela tenía un tono rosa en el fondo y encima un azul. Depende de por donde le daba la luz parecía morado y otras veces azul. Muy bonito.
Palabra de honor, con vuelo. Me realzaba la cintura y me disimulaba la cadera.
Luego un pareo del mismo tono y tejido que tapaba los hombros.
Unos pendientes con perla blanca y otra piedra morada, regalo de mis padres, preciosos también.
Un éxito.