Tuve un problema con un vestido que me compré en otra tienda. A un mes de la boda, Las chicas de Rosa Clará de Santander me atendieron de maravilla y me consiguieron el vestido perfecto para mi. Me daban todas las soluciones posibles; arreglar el vestido anterior, hacer uno como yo quisiera... El vestido le dejaron perfecto para mi. Muchísimas gracias chicas, sin vosotras no hubiese sido posible!!

Gracias a todo el equipo de Santander por ayudarme a sentirme especial y única

El vestido me gusto , era la idea que llevaba y creo que acerté con la elección .

"Rosa Clara ha superado nuestras expectativas. La atención personalizada y el cuidado en los detalles hicieron que mi elección fuera perfecta.

Fue una excelente elección, la atención recibida por Ana Rui fue impecable siempre atenta, detallista y flexible en mis gustos, la volvería a escoger sin pensarlo.

Excelentes profesionales, te asesoran y prueban muchos vestidos para asegurarte de que tu elección sea la correcta, te hacen sentir como en casa, recomendadas al mil por ciento.

Fui a Rosa Clará porque había visto por Internet un vestido. Desde el primer momento Carmen supo cuál sería el vestido de mis sueños, y así fue. Me probé el vestido que yo quería y nada. Después de dos vestidos más, me probé el que ella creía que sería mi vestido, y así fue. Me enamoré del vestido en cuanto me lo puse. Yo creía que eso de cuando encuentres tu vestido, lo sabrás, eran bobadas hasta que lo experimenté. Aunque debido a la pandemia tuve que aplazar mi boda un año, estaba tan enamorada de mi vestido, que no tuve necesidad de mirar más. Si buscáis profesionalidad, cariño y amor por su trabajo, sin lugar a duda, Rosa Clará es el sitio perfecto. Mil gracias de corazón.

Rosa Clará Santander... un acierto, Ana, Carmen y todo el equipo son encantadoras y yo no puedo estar más encantada con mi vestido. Le sentía tan mío, tan yo... Gracias.

Encargué el vestido en la franquicia de Santander en diciembre del 2019. Cuando llegamos, de primeras, la dependienta que nos atendió nos pareció un poco soberbia. Cuando vio que no íbamos a cotillear y que de verdad buscábamos un vestido, cambió de actitud. Después de probarme varios vestidos y elegir uno, me planteé hacer el encargo en el Rosa Clará de Madrid, que es donde yo vivo. Pero iba todos los meses a Santander a ver a mi madre. La dependienta insistió en que lo hiciera en Santander, imaginamos que quería llevarse la comisión. Finalmente, decidí encargarlo allí para que mi madre pudiera venir a las pruebas conmigo, ya que el vestido me lo regalaba ella. Llegó la pandemia y tuve que cancelar la primera prueba. Luego la segunda y llamé para pedir un cambio al Rosa Clará de Madrid porque quedaban dos meses para la boda, mi madre se había mudado a Madrid y con los cierres perimetrales no veía el momento de ir a hacerme las pruebas. Hablando con la misma dependienta que me atendió, me dejó muy claro que era imposible que me mandaran el vestido a Madrid, que tenía que hacerlo ella porque era ella la que conocía el vestido. Quedé con ella en hacerme las pruebas la semana antes de la boda, puesto que me aseguraba que iba a dedicar toda la semana a mi vestido y que estaría a tiempo. Hay que ver lo que hacen algunas por la comisión. Un mes después tuvimos que posponer la boda por la pandemia y volví a pedir que me mandaran el vestido a Madrid. No hubo manera. Así que me puse en contacto con la central, con la tienda de Velázquez y la directora de la tienda de Santander. Nadie entendía por qué habían puesto pegas a mi petición y dos semanas después tenían el vestido en Velázquez. Todas las dependientas del Rosa Clará de Velázquez fueron encantadoras desde el primer momento y el vestido quedó maravilloso. No voy a dar el nombre de la dependienta de Santander por deferencia a la directora, que fue encantadora conmigo. Pero creo que ella ya sabe quién fue.

Desde que decidí casarme, tenía muy claro que me encantaría que fuera con un Rosa Clará; me enamoré de uno de sus modelos, y cuando llegué a la tienda, la atención de Carmen terminó por convencerme. Agradezco su paciencia y su buen trato.

Iba con un vestido en la cabeza, y fue con el que salí de allí, el trato magnífico, lo recomiendo al 100%.

He tenido la suerte de contar con Carmen, sin duda una mujer que sabe lo que hace, muy amable, dulce, supo captar a la perfección mi estilo y lo que me sentaba mejor. Ahora tengo un vestido maravilloso, me han hecho muy feliz.

Los vestidos son muy bonitos pero después de la compra tuvimos problemas con los arreglos. Finalmente se pudo solucionar.

No solo valoro la calidad de los vestidos sino que debo destacar la profesionalidad y flexibilidad de Carmen y sus compañeras de la tienda de Santander. ¡¡Perfecto!!

Desde que entré en Rosa Clara sentí que ese era mi sitio para la elección del vestido para el gran día. El equipo al completo son maravillosas, profesionales y con gusto. En especial Carmen la que me ha acompañado en todo momento, nos hemos emocionado, disfrutado y reído juntas. Gracias.