Al nacer abrí los ojos e inmediatamente lo supe: yo quería hacer tartas. Pero de las buenas ¿eh?

Esto, bueno, no exactamente. Fue un poco más tarde, lo admito –vale, vale: años- pero, lo importante es que hago lo que me apasiona. Y se nota.

Si estás aquí es porque has comido alguna de mis tartas, o porque has visto alguno de mis babies en Internet. Y te ha gustado. Cualquiera puede hacer una tarta (los supermercados son un ejemplo, y a un precio imbatible), pero hacer un sueño realidad es algo diferente: requiere horas de dedicación, saber y, sobre todo, cariño. Porque lo que tú quieres, no es una tarta…

Yo pongo toda mi profesionalidad y todo mi amor en cada uno de los sueños que horneo, porque cada una es un intento de decir a alguien ‘te quiero’, ya sea una tarta de bodas, de cumpleaños, bautizo o por un buen divorcio. En ese caso es ‘me quiero’, pero, oye, también vale.

Yo soy Lu, y pongo todo mi esfuerzo y amor para hacer tu sueño único, dulce y precioso. Si está en tu mente, lo puedo hacer. Palabra de Lu. Vamos, ponme a prueba.