El restaurante La Torilla es el lugar idóneo para celebrar vuestra boda, con todo el lujo que vuestra fiesta requiere. Disfrutaréis de amplios y elegantes salones para el banquete, que el equipo adaptará ajustándose al máximo a vuestras preferencias. La organización del restaurante vestirá vuestras mesas con las mejores galas para que vuestros platos luzcan deliciosos. Deleitaos con los rincones y la belleza de este establecimiento de la provincia de Acoruña.

Espacios y capacidades

Sus salones tienen capacidad para un máximo de 300 invitados. Son estancias amplias, dotadas de enormes ventanales que inundan el espacio de luz. Disfrutaréis de un precioso día en un ambiente cálido y acogedor decorado con mucho estilo y una elegancia impecable.

En el jardín podréis gozar del precioso entorno natural, con árboles, plantas y flores ornamentales que llenarán vuestra fiesta de alegría y romanticismo. Es un lugar de cuidado diseño, donde respiraréis una atmósfera de bienestar y armonía. Es un espacio único y exclusivo, ideal para tomar el cóctel de bienvenida o el aperitivo.

El recinto dispone de un parking para que vuestros invitados puedan estacionar su coche sin preocuparse.

Servicios que ofrece

La organización del restaurante La Torilla se conoce por su trato amable y la calidad de sus prestaciones. Ellos os ofrecerán todos los servicios necesarios para que vuestra celebración sea un éxito. Un equipo de expertos os asesorará y ayudará en todo lo necesario, vosotros tan sólo tendréis que pedirles aquello que deseéis.

Otros servicios

En el restaurante La Torilla se celebran bodas y toda clase de eventos familiares, así como reuniones de trabajo, conferencias o presentaciones. Contactad con ellos para consultarles su disponibilidad, la organización dispondrá todos los espacios para ofreceros el máximo confort.

Historia

El establecimiento está ubicado en una antigua tienda de ultramarinos, que también fue una barbería. En la tienda se servían también los clásicos chatos, chafarotes, medias jarras, mezcladillos y los famosos callos. En 1956 la tienda pasó a manos de la familia que hoy lo regenta y que la convirtió en el restaurante que hoy encontramos.

Con el tiempo el establecimiento se especializó en la organización de bodas y otras celebraciones, adoptando el nombre de Casa Camilo, la casa para las bodas. Después de varias reformas el edificio se amplió para convertirse en uno de los más conocidos y emblemáticos de toda la comarca.