Escogimos el Restaurante Ramses para hacer una boda íntima en Madrid. Tras haber cambiado nuestros planes a raíz del Covid, teníamos pocas ganas de celebración. El equipo de Ramses hizo nuestro día mágico, incluso hasta nos cambió la sensación, y agradecimos poder celebrar la boda tal como la hicimos. La comida estaba deliciosa, el servicio lo mejor de todo. Sin lugar a dudas, un lugar para recomendar al 120%.

¡Todo fueron facilidades allí! Un trato excelente, simpatía, nos hicieron sentir muy a gusto, intentando siempre acoplarse a nuestras necesidades y nuestros gustos.
El espacio es maravilloso y la comida y bebida de gran calidad. Todo un acierto contar con ellos para nuestro día.

Hicieron que la boda quedase preciosa. Surgió un imprevisto en uno de los salones, y nos buscaron una alternativa mejor de lo que teníamos. ¡Se volcaron totalmente con la boda! Eso sí, es para bodas reducidas, por la capacidad de sus salones.

Ramses es mi restaurante preferido desde que vivo en Madrid, entonces qué mejor que celebrar allí la comida de mi boda. Fue una decisión fácil de tomar, lo teníamos claro los dos. Llegó el 1 de junio y empecé a tener algún que otro problema, siempre solucionables y ellos muy atentos. El 16 de junio, nuestro día especial. Hubo algún que otro fallo, más grave o menos grave, pero como era nuestro día lo pasas por alto, pero hay fallos que no se pueden tener en una boda, sea la mía o cualquier otra. Solo espero y deseo que esos fallos se corrijan y la siguiente pareja ya no los sufra.

Para una boda que no sea multitudinaria es perfecto, primero por su ubicación en la puerta de Alcalá, también por sus preciosos espacios, y sobretodo por la calidad de su cocina, comida tan perfecta como en la prueba. Son flexibles y además te ofrecen el servicio de cuidadora para los niños.

Sin duda, lo más negativo de nuestra boda fue el lugar que elegimos para celebrar el banquete y posterior fiesta. Cabe destacar que el precio no es en absoluto asequible y nosotros además escogimos la opción más cara ya que solo teníamos 25 invitados y de esta forma nos lo podíamos permitir. Por hacer un resumen de los inconvenientes; la persona que nos llevaba la boda ceso su relación con el restaurante y nos enteramos 12 días antes al no tener ninguna noticia. Pensareis que vaya faena, pero fue un alivio por que los meses previos no nos lo había puesto fácil, (transferencias de 3000 euros que no se encontraban, pruebas de menú erróneas, email que tardaban 15 días en contestarse, etc.) Lógicamente pensamos en hacerlo en otro sitio pero estábamos enamorados de la decoración, la ubicación y la cocina y decidimos "tirar para delante". El servicio durante todo el evento no estuvo a la altura, copa de bienvenida que nunca apareció, nuestros invitados sin una triste bebida a su llega al cocktail, la cena que estaba pensada para 1 hora y media, tardó dos horas y cuarto en servirse, (desde que nos pusieron el primero a los novios hasta que sirvieron al último invitado pasaron 20 minutos). Y para colmo la persona más ebria fue uno de los camareros que estuvo durante la barra libre tirando servilletas por los aires y trayendo bengalas, (que no habíamos pedido en ningún momento), llegando a tener un percance con una de nuestras invitadas. Acordamos que durante la boda, el Crystal Room, (donde celebrábamos cóctel y fiesta posterior) sería reservado en exclusiva, (incluidos los baños). Bueno, pues aquello fue un transcurrir de gente todo el tiempo, llegando a entrar gente de fuera y robando platos de la receta, (momento en el que por fin nos ponen una persona de seguridad).
Han pasado dos meses de la boda y quería hacer esta valoración con la cabeza fría, mi boda fue genial porque estaban las personas más importantes y hubo momentos emotivos y momentos divertidísimos, pero no puedo recomendaros que celebréis vuestra boda aquí a no ser que decidan contratar a personal profesional, desde los encargados de los eventos, los supervisores hasta el personal de servicio. Si no, gastar lo que gastamos nosotros para una boda de 27 personas es una verdadera locura y además os merecéis algo mejor seguro, dado el cariño con el que se prepara una boda.