El restaurante casa Ruché nos hizo un menú impresionante, difícil de mejorar. Todo el mundo repitió de todo. Fue un menú muy abundante y riquísimo.

Gracias a Morillo y otros novios, contactamos con Casa Ruché. Desde el principio supimos que queríamos que ellos sirvieran nuestro banquete de boda. Habíamos oído y leído excelentes referencias, tanto del restaurante, como del catering, no podíamos equivocarnos. Su oferta gastronómica, de la tierra, que para mí era fundamental, el precio y la atención nos hicieron decantarnos por ellos. José Antonio tiene un trato muy atento y cercano. La mayor parte de nuestra comunicación era por Whastapp e incluso por teléfono. El día de la prueba nos quedamos sin palabras y sin hueco para seguir probando. Todo lo que nos sacaron estaba buenísimo. De cara al día de la boda, los últimos días, pendientes de los cambios, José Antonio estaba receptivo a todo y se adaptaba a las modificaciones de último momento. Nuestra circunstancia es que nos casamos cuando el Coronavirus empezó a crear alarma en el territorio nacional, por lo que había invitados que nos fallaron el día de antes, margen que nos impidió dar aviso. Incluso nos falló algún proveedor y estábamos aterrados pensando que, aun habiendo hecho desplazarse a gran parte de los invitados, nos quedáramos sin banquete. Pero José Antonio estuvo ahí, sabía lo importante que era para nosotros y pese a las dificultades propias que tuvo en su propio equipo para realizar el servicio, se desvivió por nosotros y nuestros invitados. Para nosotros, su servicio, su compromiso y su profesionalidad merecen toda nuestra gratitud. Además, ni qué decir tiene que el producto es excelente, la calidad, los sabores... Todo el mundo disfrutó muchísimo de su comida. Todo estuvo de 10.

En Casa Ruché se come ideal. Es un lugar excelente para realizar cualquier celebración familiar. Nosotros los contratamos para el catering de nuestra boda y todos los invitados quedaron encantados con la comida.

Sinceramente, los contratamos por precio y cercanía y porque nos gustó que utilizasen productos de la zona para el menú. Pero haciendo análisis una vez pasado el evento, tengo que reconocer que lo mejor ha sido la calidad de la comida y del servicio. No esperaba que la comida estuviese tan buena y, sobre todo, que el servicio fuese tan perfecto. Muchos de los invitados me remarcaron que los camareros eran especialmente amables y eso no es algo fácil de encontrar en las bodas. Que el precio tan ajustado que tienen no es engañe, la calidad y el servicio son mucho mejores que los mejores restaurantes y fincas de Aragón.