Con esta opinión quiero advertir sobre la poca preparación para realizar bodas de este restaurante. Contratamos un servicio que se aplazó por Covid un año. Boda íntima inicialmente de 20 personas quedó en 13 comensales. El personal es atento, de trato accesible y correcto y el lugar de situación privilegiada con ambiente muy tranquilo. Lamentablemente, no se tuvieron en cuenta importantes detalles a pesar de haber sido tratados/pactados con anterioridad que han dejado un sabor agridulce ya que intentamos cuidar todos los detalles y no se respetaron. En cuanto a la comida, el tamaño de raciones fue más pequeño que el día de la prueba. La calidad y servicio estuvo a la altura, al igual que la velocidad solicitada, pero las croquetas estaban realmente frías y hubo varios invitados que nos indicaron que en su plato solo llegaron un berberecho y un mejillón. En este sentido, tuvimos, además, que solicitar la cocina en directo, servicio pactado con anterioridad para cada mesa (cuando ya estaban instauradas las restricciones por Covid). A la hora de realizar el pago de la cuenta final, resaltamos detalles feos como el desconocimiento del precio pactado por las copas (al recibir la cuenta total había copas de muy variados precios que tuvimos que solicitar se cambiara) y nos sorprendió que se realizara el cobro de un té y un vaso de leche en la terraza cuando estos gastos estaban incluidos en los menú de invitados que no habían disfrutado de su "café" en mesa. Cuando muchos otros invitados, además, no tomaron ese café. Además, se realizó el cobro de una ración extra de solomillo solicitada cuando se nos indicó que no habría problema a la hora de repetir algún plato y no se advirtió de ese gasto extra. Por último, hubo un malentendido con un regalo enviado por unos amigos que no pudieron acudir a la boda y tuvimos que recoger al día siguiente ya que nadie nos notificó la recepción de estos por parte del restaurante, a pesar de que nuestros amigos se interesaron mucho para que se recibieran de manera correcta por nuestra parte el día de nuestra boda. Aspecto de menor importancia, pero denota que no es un sitio apropiado para celebrar bodas y que nos causó trastornos de estar al tanto, es el tema de la música. Llevamos nuestro propio altavoz y nadie se encargaba de poner la música. Esperamos que estos aspectos se tengan en cuenta si el restaurante realiza de nuevo un evento similar para evitar sinsabores innecesarios. PD. La respuesta del restaurante ante esta opinión es que tuvieron fallos a pesar de haber pactado los servicios, los cobros indebidos (sin indicar claramente que serán revisados y devueltos) o que nuestros amigos no aclararon bien que no iban a la boda y el restaurante debía entregar los regalos de su parte.