Hace unos días tuvo lugar un evento muy importante en nuestra vida, y dado a que estamos mi marido y yo encantados, porque todo fue sobre ruedas, gracias a la ayuda de unos grandes profesionales, he pensado que nuestra historia podría convertirse en una gran recomendación, para futuros novios que deseáis dejar vuestro gran día en manos de profesionales.
Así que esperando tener vuestro permiso, os voy a contar una historia. Jusgonna fue como el hada madrina del cuento de cenicienta, se nos apareció de repente, y lo más curioso, sin ir a buscarlo, y el resultado de esta aparición fue una experiencia inolvidable y digna de recomendar.
Tras varios intentos frustrados, visitando alguna que otra masía por nuestra cuenta donde realizar nuestro boda, mirando por Internet otras masías que visitar, observamos una masía interesante, que si no cumplía todos nuestros requisitos, se acercaba bastante, y al ir a contactar para poder visitarla, dimos de repente con Jussgona.
Al contactar, les hicimos un gran listado de qué era lo que íbamos buscando, y cuando a los pocos días recibimos su respuesta, con información detallada de los puntos que les habíamos pedido, incluso con varios ejemplos de masías que nos proponían para visitar, no nos lo podíamos creer…
Y aunque el hecho de tratarse de una búsqueda por Internet nos hacía algo reticentes a la hora de confiar plenamente en este descubrimiento, las posibilidades que nos ofrecían, daba lugar a nuestra curiosidad por conocer más de lo que nos podrían sugerir.
Así que un día de septiembre de hace ya casi dos años, tuvimos nuestra primera reunión con el equipo Jussgonna. Fue entonces cuando les presentamos nuestra carta de reyes magos, un listado en detalle de dos hojas, incluyendo copias, de cómo debía ser nuestra boda.
Tras la presentación oficial, empezamos a quedar con Jussgonna, para realizar visitas a las diferentes masías que nos habían presentado, y tras varias excursiones a masías con mucho encanto, a la cuarta excursión dimos con la masía que haría realidad nuestros sueños, en marzo del 2016.
Fue entonces cuando se empezó a forjar una estrecha relación con los profesionales de Jussgonna, y aunque al principio nuestros encuentros parecían reuniones de trabajo, con el paso del tiempo, se convirtieron en dulces encuentros en los que moldeábamos entre todos los detalles de un importante evento.
Los días iban pasando, y tras decidir el día del evento, empezábamos con las pruebas del menú, luego del pastel, que por cierto algo anecdótico fue cuando el hada madrina de los pasteles, Verónica, logró vencer al monstruo de “no me gustan los pasteles”, y nos hizo magia elaborando un pastel con bizcocho de la mamá, y esencia fresca de naranja para chuparse los dedos, y con una presentación de película. Ningún invitado pudo resistirse a sus encantos, a los del pastel me refiero, pues no dejaron ni huella del mismo en el plato.
Tras el pastel, vino la decoración, las flores, el ramo y llegó nuestra maga Mar que decoró el evento con ternura, frescor y naturalidad, y supo cumplir al pie de la letra con el manual descrito. Un ramo azul de flores artificiales, pero que parecieran naturales, y que siempre pudiera tener como recuerdo. Un ramo espectacular. Un ramo mejor, imposible y muestra de ello es el orgullo con el que ese día paseaba con mi ramo.
Posteriormente, vinieron más detalles, todos importantes, pues lo bueno de esta empresa, es que para ellos, todos los detalles importan, incluso los más pequeños. Y para todas nuestras preocupaciones y posibles dilemas, ellos tenían respuestas. En el caso de que no tuvieran aquello que íbamos buscando, nos hacían propuestas, e incluso nos asesoraban, sobre lo que podría ser mejor. Con el tiempo, la confianza en ellos fue tan grande, que nos dejábamos llevar, con total tranquilidad, pues estábamos seguros, de que ellos podrían resolver cualquier problema inesperado que se pudiera presentar, y que nuestra opinión para ellos, estaba por encima de cualquier decisión a tomar.
Y llegó el gran día, y con él la tercera maga, Montse, una peluquera que supo en instantes captar la esencia de lo que deseaban sus clientas, e hizo magia con todas ellas, incluyendo a la novia a la que hizo irradiar frescura y naturalidad el día de su boda
El día B, fue algo excepcional, bonito, mágico, dulce, alegre, espontáneo por la lluvia que apareció como invitada infraganti, pero que tras su fugaz presencia, dio lugar a una tarde soleada, la preocupación fue cero, pues a pesar de la lluvia, nuestra masía tenía plan B, y no me refiero a la típica carpa blanca, que pudiera deslucir ese día tan especial, sino, un enorme espacio cerrado, decorado al estilo masía rural, que daba opción de combinar varios espacios separados. Zona de aperitivo y en otra aérea zona de banquete.
Estamos seguros que gracias a este equipo de grandes profesionales, uno de los días más importantes en nuestra vida, fue sobre la seda, desde los colaboradores, el ceremoniante, un gran orador que debido a que la lluvia quería hacer acto de presencia en la ceremonia, tuvo que hacer uso de su gran ingenio para que de un modo espontaneo y disimulado, el guión que se había preparado, fuera algo más resumido, sin que de ello se tuviera ni la más mínima apreciación, en la ceremonia.
Los camareros, que eran atentos, agradables, proactivos, no solo hacían su trabajo bien, sino que también lo hacían con alegría, y eso se notaba, pues a pesar del estrés que pudiera suponer en ellos un evento de esa índole, ayudaban a cuanto fuese necesario con una gran sonrisa, recuerdo gratamente a una camarera-costurera que estuvo detrás mío con mi cola del vestido, si no digo 5 veces, no digo ninguna, y ella estaba ese día de camarera. Luego,Yolanda, la encargada del timing, espectacular, ponía firme al más arriesgado invitado que se atreviera a no estar en su sitio cuando los novios necesitaban que estuvieran sentados, pero luego era todo un encanto con los novios, impactante, solo con la mirada, sabía que le íbamos a pedir algo, y sin llegar a mencionar palabra, ya estaba a nuestro lado para ayudarnos, un placer tenerla en el equipo en ese día tan especial, creo que mis nervios los llevaba ella a cuestas. Una chica en prácticas con carácter profesional, proactiva, controladora, y con un par. Olé por ella.
Tampoco me puedo olvidar de ese camarero saleroso de Antequera, que junto con su compi de perilla, no paraban de ir detrás de los novios, para que comiéramos aperitivos, que te hacían de camarero, como se ponían ayudar con los preparativos de la boda, pedazo de profesionales, o Ana super-cañera, marchosa, una camarera que contagiaba alegría a cualquiera que se le acercará a su ladito, y todo ello, sin dejar de ser profesional. Olé ese paseo que se marcó con el carro del pastel nupcial, y sin perder el equilibrio, y la gran variedad de cócteles y de cafés, y luego de gintonics que nos hizo, y todo el rato pendiente de que los novios estuvieran bien servidos.
Y ese DJ, José Luis, el genio de la música, que estuvo sensacional, nos amenizó la ceremonia, el aperitivo, el banquete, y luego para no perder el hilo, se atrevió con el baile de por la tarde, y la fiesta de por la noche, el abanico de canciones fue algo increíble en todo momento, e incluso se atrevió con la espontaneidad de los invitados en el baile, que de vez en cuando, le pedían alguna canción que otra,y si por casualidad no la tenía en su amplio abanico, la localizaba por otros medios. Estuvo espectacular, hizo bailar hasta aquellos más reticentes, y lo disfrutamos a tope.
El fotógrafo, Sergio, fue algo inesperado, como la guinda del pastel. Sabíamos que confiar en nuestro Hada Madrina (Edu), sin duda alguna, tendría un fruto sorprendente. Sergio, un fotógrafo de Sabadell, que con solo un encuentro supo captar de inmediato nuestras necesidades, y cubrirlas a todo detalle…fue todo un descubrimiento.
Edu, nuestro gran mago o quizás el hada madrina del cuento, sin él este evento no hubiera sido. Un profesional como la copa de un pino, que disfruta haciendo su trabajo. Una persona pausada, segura, que transfiere confianza por doquier, que cada propuesta hecha, con su barita mágica se convertía en un sueño hecho realidad y con él que en todo momento, supimos que la situación estaba controlada. Una persona que no se frena ante ningún tipo de muro, pues con ternura, ingenio y constancia, consigue hacerse con él. Alguien con capacidad para rodearse de buenos profesionales, con las mismas ganas de hacer las cosas bien, y que como él, adoran su trabajo y hemos sido testigos que dan lo mejor de ellos mismos en cada evento y con una sonrisa de oreja a oreja.
Un placer Jusgonna, que la casualidad nos pusiera en el mismo camino, y que hayamos podido conocer a ese gran equipo, y haber podido compartir con todos vosotros, momentos tan especiales, y que nos hayáis dado la oportunidad de formar parte en todo momento de las pequeñas cosas que hacían importante un evento de esa índole…echaremos de menos esas reuniones, visitas, cafés, cervezas. Esos momentos de brainstorming, que a veces duraban horas, pero sin duda alguna, sabemos que si algún día queremos realizar algún otro evento, volveremos como no, a pies juntillas, a confiar en vosotros, un grupo de grandes profesionales, que supieron entender nuestras necesidades, y las cubrieron con creces, convirtiendo nuestra boda en un evento insuperable, dignos de recomendar.