Muchos desencuentros
Contratamos con Cristina Eventos el servicio de Decoración y Organización del día de la boda (750€). Cuando nos reunimos la primera vez, todo era que sí. Ella se encargaba de toda la decoración del sitio y de la ceremonia. Entre ella y su marido (que era un manitas) nos montaban lo que quisiéramos. Hablamos específicamente de un sitting plan de césped artificial, un rincón de los recuerdos con una estantería de escalera y un photocall con palets que nos montaban sin problema. Nosotros sólo tendríamos que pagar como extra todo lo que fuera perecedero o no reutilizable (flores, frutos secos, gominolas, bolsitas de papel, pajitas, etc.). También se podrían cobrar decoraciones especiales que ella no tuviera. Es decir, si yo hubiera querido tener un mueble clásico como decoración y Cristina no lo tiene pues habría que haberlo alquilado a parte o comprado. Por último, y esto fue lo principal que nos hizo contratarla, ella quedaba con nosotros a principios de la semana de la boda para cerrar todo el timing y recoger las cosas que nosotros tuviéramos preparadas (como el arroz, alguna cosa de decoración, las zapatillas etc.) para que nosotros nos despreocupáramos los últimos días y poder disfrutar de la familia y amigos que suelen llegar el viernes. Hasta aquí todo de acuerdo.
Los primero meses no hubo ningún problema. Contestaba todos los WhatsApp muy rápido, nos atendía bien. Aún quedaba mucho para la boda por lo que no entramos en muchos detalles de decoración aunque yo ya veía que no me había pillado el estilo de boda que yo quería. Las propuestas de decoración que me daba estaban bastante alejadas de mi idea. Pero como quedaban muchos meses no me preocupé porque ya habría tiempo de concretar. Por desgracia tuvimos que atrasarlo (en este punto Cristina se portó fenomenal) y la retomamos a sólo tres meses de la boda.
Durante ese tiempo su situación personal cambió. Debido a esto, cuando retomamos los preparativos le dimos opción de que nos pusiera en contacto con otra persona que la sustituyera y ella no quiso, diciéndonos que se hacía cargo de los servicios sin problema. A partir de aquí yo entiendo que su trabajo no debería verse afectado por esta nueva situación y no fue el caso.
Para facilitar el trabajo y, siendo conscientes de que el tiempo era corto, simplificamos mucho la decoración. Eliminamos la estantería y el photocall porque contratamos un fotomatón y el sitting plan lo aporté yo con un marco antiguo que encontré por wallapop a 5€ y había pintado de blanco.
A parte yo quería incluir como decoración unos bastidores que yo ya tenía pero que estaban muy sosos y habría que decorar un poco. La respuesta de Cristina a esto fue que ella no tenía bastidores y que la decoración extra de los que yo ya tenía la tenía que pagar a parte. Entiendo que tenga que pagar a parte una cosa muy específica pero ¿es que no tiene flores de tela que pueda reutilizar? Esa fue mi primera sorpresa, ¿qué diferencia hay entre montar una estantería o montar unos bastidores que ya están comprados? Su solución fue decirme que le dijera al de la floristería que me los decorara. Al final los decoré con hilos de lana en 5 minutos y quedaron algo mejor pero ¿de verdad eso es una decoración personalizada?
Para la ceremonia yo quería poner el típico mueble a la entrada para dejar el arroz y que ninguna amiga tuviera que estar repartiendo. Me dice que ella no tiene ese tipo de mueble que si lo quiero lo tengo que comprar (me parece bien era lo hablado pero si te das una vuelta en Pinterest en todas las bodas hay uno ¿es normal que una wedding planner que se dedica a esto no tenga un mueble de ese tipo?) Y de nuevo ¿qué diferencia hay entre montar una estantería y montar un mueblecito a la entrada de una iglesia?
Sin embargo lo que menos nos gustó es que una semana antes de la boda, cuando le pregunto qué día vamos a quedar para el timing y para que recoja las cosas me dice que ella no se puede desplazar hasta Málaga en esa semana. Que ya lo tenemos todo hablado, que ha cambiado de coche y que en el que tiene ahora no le caben todas las cosas, que tendrá que alquilar una furgoneta, que nosotros subamos las cosas al sitio de la celebración y ella lo coloca el sábado. Cuando le dije que eso no era lo hablado me dice que bueno, que ha debido ser un malentendido, que está pendiente de que a su marido le den vacaciones el viernes en el trabajo para ver si podría ir a recoger las cosas el jueves por la noche o el viernes por la mañana o que a ver si sus cuñados o unos amigos de ellos podrían recoger las cosas. Desde luego, a parte de poco profesional, eso no era lo hablado. En las primeras conversaciones se nos dijo que tuviéramos todo preparado el lunes y que ella lo recogía y lo subía al sitio de la celebración para que nos desentendiéramos de todo. Como le dije a ella directamente, si yo llego a saber que tengo que ir el día antes de mi boda al restaurante y cargar y descargar toda la decoración (que en gran parte he hecho yo) desde luego que no contrato a nadie por 750€.
El día de la boda se encargó de la decoración y, es verdad, que quedó todo muy bien y las cosas las colocó con gusto y conforme lo hablado.
Sin embargo en cuanto a la parte organizativa no estamos contentos. En la iglesia tuvimos un problema y la chica que trabaja con ella no hizo ni el intento de solucionarlo. Fue mi marido el que tuvo que hablar con la sacristía media hora antes de que empezara la misa para que lo arreglaran. Durante el almuerzo a mi me agobió más que relajarme. No evitó que la barra libre empezará antes de lo hablado y a la hora de recoger las cosas ha desaparecido una caja con los recuerdos que sobraron. Esto último es lo que me ha decidido a escribir esta reseña. Evidentemente no le echo las culpas de que hayan desaparecido pero sí de que no se guardaran bien y de la actitud después de comentarle al día siguiente que habían desaparecido, totalmente despreocupada sin ningún interés por intentar encontrarlos. La cuestión es que a día de hoy no tengo ningún recuerdo de los que repartimos en mi boda.
Nuestra opinión general, después de estos últimos meses, es que Cristina tiene ahora otras prioridades que no son su empresa. En el tema de la decoración, creemos que, le haría falta invertir en decoración básica para ofrecer y facilitar las cosas a sus novias/os (muebles, telas, elementos decorativos, etc.) o tener un inventario de la decoración que sí que tiene y que pone a tu disposición si la contratas para no llevarte sorpresas. Nosotros tenemos claro que si hubiéramos usado ese dinero en comprar nosotros los mueblecillos y la decoración que nos gustaba y en pagarle al chico de la floristería para que nos decorara el sitio con 4 cosas que alquilaba nos hubiera salido mucho más rentable. En cuanto a la organización del día, si has contratado un buen sitio con experiencia y con un buen catering la figura de la wedding planner te sobra o al menos yo no volvería a contratar a Cristina Eventos.