Creo que la ceremonia es uno de los momentos más complejos para los novios. Puedes llegar a pensar que es un trámite que necesitas que pase rápido y que lo más importante es la cena o la fiesta. Reconozco que yo era de esos. Me daba cierto reparo exponerme de esa manera antes los invitados, leer los votos o que nuestros amigos y familiares hablasen de nuestras vidas. Pues bien, gracias an Ana, el momento más especial de nuestra boda fue la ceremonia que ella nos ofició. Desde la primera reunión por videollamada que la tuve que pedir cambiar de aplicación por mis innumerables manías, supe que Ana se convertiría en una parte muy importante de nuestra boda. Supo conocernos, entendernos, lidiar en situaciones delicadas y hacernos disfrutar muchísimo del proceso. Te aporta tranquilidad, confianza y mucha seguridad. Con los votos me transmitió la energía suficiente como para hacerme creer que eran los mejores y eso me sirvió para afrontarlo con ganas e ilusión. Siempre pendiente de los detalles, todo lo tiene organizado y nunca la verás renunciar a ayudarte en lo que necesites aunque le cambies el plan varias veces en el mismo momento. Ana fue la primera persona que vi cuando llegué histérico dos horas antes a mi boda y fue la persona que consiguió hacerme ver que estaba todo controlado. Si eres de esas personas que se fija en las reseñas para decidirse, no lo dudes más y contrata a Ana para que haga su magia en tu boda.

Querida Ana:
No tenemos palabras suficientes para agradecerte todo lo que hiciste por nosotros. Desde el primer momento, tu cercanía, dedicación y cariño hicieron que este proceso fuera mucho más sencillo y especial. Lograste que nuestra boda no solo fuera como la soñábamos, sino que la llevaste más allá de nuestras expectativas.

Te convertiste en una parte importante de nuestra familia en este camino, y tu toque mágico fue lo que hizo que cada momento brillara con una luz única. Gracias por implicarte tanto, por conocernos y por reflejar nuestra esencia en cada detalle de la ceremonia.

Siempre llevaremos en nuestro corazón el recuerdo de nuestra boda perfecta, y gran parte de ello te lo debemos a ti. Gracias por ser mucho más que una ceremoniante; gracias por ser esa chispa que hizo realidad nuestro sueño.

Con todo nuestro cariño,
Lucía y Jesús.

Ana es simplemente increíble.
Para mi marido y para mi la ceremonia era el momento más importante de nuestra boda y como tal, decidimos cuidar hasta el mas mínimo detalle.
Desde el minuto uno que conocimos a Ana sabíamos que era ella quien queríamos que hiciera nuestra ceremonia. Cercana, natural, flexible con un millón de ideas, super profesional y con una delicadeza y dulzura que traspasa cualquier barrera.
Nuestros invitados nos llegaron a decir que era la ceremonia mas bonita en la que habían estado nunca, al igual que nos preguntaban si Ana era una amiga nuestra. De verdad, si queréis una ceremonia personalizada, fuera del tipo de ceremonia estática, muy vuestra y dirigida con un gusto y profesionalidad exquisita, Ana es vuestra aliada.
Sólo me queda agradecerte, Ana, que hicieras de nuestra ceremonia uno de los momentos mas bonitos de nuestra vida. Un abrazo gigante.

Desde el momento que conocimos a Ana sabíamos que queríamos que fuera nuestra maestra de ceremonias. Es una persona súper cercana desde el primer momento, muy atenta y que se nota que le apasiona su trabajo. Nos hizo sentir muy cómodos y tranquilos desde el principio y nos encantó la manera en la que ofició nuestra ceremonia 🥰 un acierto sin duda

No podríamos haber elegido a una mejor persona para oficiar nuestra boda.
Desde el primer momento, se mostró totalmente dispuesta a ayudarnos con todo, incluso con detalles que iban más allá de la ceremonia.
Siempre estuvo pendiente, ofreciendo su apoyo en cada paso del camino. Su amabilidad y comprensión nos hicieron sentir muy cómodas, y se adaptó perfectamente a nuestras necesidades y deseos, con un trato súper cercano.

Cuando la vimos por primera vez, en persona, el día de la boda, parecía que nos conocíamos de toda la vida.
La ceremonia fue simplemente maravillosa: perfectamente estructurada y muy emotiva, tal y como nos habíamos imaginado siempre.
Muchas personas nos comentaron que parecía una amiga cercana, ya que hablaba con un cariño y conocimiento que realmente transmitían la sensación de que nos conocía desde siempre.
Fue mucho más que una oficiante. Se ha convertido en alguien muy importante en nuestra vida. Fue una pieza clave para que nuestra boda fuera perfecta.
¡Gracias por todo, Ana!

Desde el primer día que la conocimos supimos que queríamos que fuera ella la persona que oficiara la ceremonia de nuestra boda. Vive lo que hace y lo transmite desde el principio. Su pasión, su cercanía y su atención no tienen precio. Ha sido un gusto organizar todo con ella. Te facilita todo el proceso, te transmite la tranquilidad que necesitas para saber que todo saldrá bien y te acompaña en la ilusión más bonita que se puede sentir. La ceremonia no pudo salir mejor, fue perfecta. La elegiríamos siempre.

Teníamos claro que queríamos un profesional para oficiar nuestra boda para conseguir un orden y un seguimiento, pero nunca imaginábamos que iba a ser una pieza fundamental

La conexión con Ana fue instantánea en la primera entrevista. Profesional, cercana y amable, nos contó la forma en la que íbamos a llevar a cabo algo tan especial como la ceremonia de forma ordenada pero sin perder la naturalidad y la emoción que siempre se busca.

Si volviera a casarme la elegiría de nuevo con los ojos cerrados. Su pasión por lo que hace es tal que nuestros invitados estaban convencidos de que era una amiga nuestra. Gracias por todo Ana.

Si solamente puedieramos repetir una cosa del día de nuestra boda, sin ninguna duda sería volver a contar con Ana para que nos casara. Conocimos a Ana en la boda de unos amigos. Durante toda la ceremonia sentimos que menuda suerte tenían estos novios de tener en su vida a una amiga tan maravillosa y que estuviera oficiando la boda tan bien. Nuestra sorpresa vino cuando nos dijeron que era una maestra de ceremonias que habían contratado y que aunque empezó como eso, maestra de ceremonias, había terminado como una amiga. En ese momento supimos que queríamos contar con Ana para el día de nuestra boda y así fue.
Nos casamos el 23 de marzo y Ana fue quien ofició nuestra boda. Sin ninguna duda fue la ceremonia más bonita y emotiva del mundo. Nos hizo a todos llorar, reír, emocionarnos y no dejar de prestar atención ni un solo minuto. Es una grandísima profesional de principio a fin, todas la reuniones q tuvimos previas a la boda fueron muy agradables y se convertían en una charla entre personas que nos conocíamos de toda la vida. El acompañamiento en los meses previos nos ayudó mucho a no agobiarnos con un montón de cosas y a no preocuparnos por cosas que no tenían tanta importancia. En todo momento consiguió que tuviéramos confianza en ella y que supiéramos que habíamos tomado una buena decisión eligiéndola. Y por supuesto se confirmó el día de la boda . Ana es una maravilla tanto como persona, como maestra y como profesional. Muchas gracias por ayudarnos tanto y hacer de nuestro día un día tan especial.
Estoy segura de que volveremos a vernos en alguna boda!

Ana es maravillosa, hizo que todos estuviéramos emocionados desde que entramos en la ceremonia hasta que llegó el momento de los pétalos.
Nos trató con tanto cariño y de una manera tan cercana, que muchos invitados pensaron que era parte de nuestra familia.
Tanto la preparación los meses antes, como el día D, fueron geniales, tenemos un recuerdo súper cariñoso de esas reuniones llenas de risas y miedos.
Gracias Ana; eres genial ❤️

Fue la oficiante de nuestra boda y se convirtió en una más. Nos guió durante el proceso de elaboración de discursos y, durante la boda, dirigió la ceremonia haciéndola muy emotiva pero sin adquirir protagonismo. Recomiendo a Ana por su cercanía, su ilusión y por lo fácil y bonito que lo hizo todo. Siempre será parte de nuestro gran día.

Ana son todo facilidades!! Desde el primer momento se implicó al máximo y personalizó el momento. Hizo una boda muy nuestra. No podríamos haber elegido mejor!! Gracias por todo Ana 🫶🏼

Sin lugar a dudas fue la mejor decisión que tomamos. Contar con Ana como oficiante de nuestra ceremonia civil nos ha permitido sentir que todo estaba bajo control y en buenas manos. Su empatía, cercanía y profesionalidad hizo de nuestra ceremonia un 10. Creo un recuerdo precioso e imborrable para nosotros. Todo el mundo nos felicitó. Muchas gracias

Ana es una gran profesional. Desde el primer momento su cercanía hizo que nos sintiéramos como si la conociéramos de toda la vida. Su dedicación y pasión por su trabajo se reflejaron en cada detalle de nuestra ceremonia, que fue preciosa. Las sesiones previas fueron fundamentales para asesorarnos en todo lo necesario y transmitirnos toda la tranquilidad que necesitábamos para que el día de la boda nos enfocásemos únicamente en disfrutar. Su habilidad para conectar con nosotros y reflejar nuestra historia hizo que el día fuera realmente especial. Muchas gracias, Ana, por hacer que nuestra ceremonia fuera única y llena de emoción.

Una grandísima profesional y una preciosa persona! Sin duda la mejor elección, es maravillosa!!!!! Gracias bonita, por hacer una ceremonia imposible de olvidar💖💖💖

Desde la primera reunión que tuvimos con Ana teníamos claro que era la opción perfecta. Ana es sinónimo de amor por su trabajo, su dedicación y tiene el don de hacernos sentir los novios mas afortunados del mundo. Nos ayudo en todo momento y siempre transmitiendo mucha tranquilidad en un día que son todo nervios. Sabíamos que no había nadie mejor para oficiar nuestra boda desde el principio. Hizo que ese día fuera especial y único.
Solo tenemos palabras bonitas para ella y si estas pensando en alguien para oficiar tu boda, no encontrarás a nadie mejor que Ana.