Luna de miel en Riviera Turca

La Riviera Turca está situada en la península de Anatolia, y sus costas están bañadas por dos mares, el Egeo baña la costa oeste, mientras que el Mediterráneo baña la costa sur. Se trata de un destino perfecto para visitar en cualquier temporada del año, pero sin duda la mejor época sería la primavera y el otoño, aunque sus inviernos son suaves, rondando los 17º. Quizás la peor época sería el verano, pues son bastante calurosos y es cuando más afluencia de turistas hay.

La Riviera Turca tiene la ventaja de que, a pesar de estar muy cerca de nuestro país, sus costas están llenas de misterio y exotismo, por lo que puede ser un gran destino para aquellas parejas que quieren vivir una luna de miel inolvidable pero sin tener que recorrer grandes distancias.

Si estáis pensando en viajar a este exótico destino aquí tenéis algunas de las ciudades que no podéis dejar de visitar:

Antalya. Situada en un impresionante acantilado sobre el Mediterráneo y rodeada de montañas, Antalya es una de las ciudades más bonitas e impresionantes que podéis visitar. El origen de esta ciudad se pierde en la historia, por lo que está llena de vestigios de diferentes civilizaciones. Os recomendamos que no os perdáis la visita a las cuevas de Karain, situadas al noreste de la ciudad, donde encontraréis los restos de humanidad más antiguos de toda Turquía. Además de los restos podréis disfrutar del espectacular paisaje que conforman las cuevas. También os recomendamos que disfrutéis de un tranquilo paseo por el barrio de Kaleiçi, sin duda uno de los barrios más pintorescos de la ciudad, eso sí, poneos un calzado cómodo para caminar por sus tortuosas y estrechas calles.

Izmir. Se trata de la tercera ciudad más grande del país y cuenta con el mayor puerto, después de Estambul. Sin duda una de las más bellas y de las más queridas por los turcos, no en vano se ha ganado el apodo de 'la bella Izmir'. Aquí podréis pasear tranquilamente disfrutando de la belleza de sus calles, la amabilidad de sus gentes y la calidez de su clima. No dejéis de visitar los barrios judíos de Asansör y Havra Sokak, las mezquitas de Salepçioglu, Sadirvan, Kemeralti y la de Hisar. De visita obligada son las ruinas del castillo Kadifekale, situadas en el Monte Pagos, desde donde podréis disfrutar de una de las mejores vistas al Golfo de Izmir.

Pérgamo. Esta ciudad, antiguamente conocida como Bergama, fue uno de los principales centros culturales de la zona, y gracias a eso hoy es, sin duda, uno de los parques arqueológicos más importantes de Turquía. Así que preparaos para viajar en el tiempo y adentraros en otras culturas, pues en Pérgamo podréis visitar los templos de Dionisos y Trajano, el santuario de Deméter o el Altar de Zéus. Y no podéis iros sin visitar el Asclepion, un impresionante hospital dedicado al dios Escualpio. Fue creado por Galeno en el siglo IV a.C., quien está considerado como uno de los padres de la medicina moderna.