Luna de miel en La Toscana
Llena de historia y arte, pero también de buenos vinos y una excelente y deliciosa gastronomía, La Toscana os está esperando con los bazos abiertos.
Información sobre La Toscana
No siempre los mejores destinos son los más lejanos. Muchas veces nos dejamos llevar por lo exótico que resultan los grandes viajes sin pararnos a pensar si es lo que realmente queremos para nuestra luna de miel. Por eso hoy queremos descubriros un destino que no por estar más cerca resulta menos bonito, al contrario.
La Toscana es una preciosa región situada en la zona noroeste del centro de Italia. Limita al norte con Emilia-Romaña, al este con las Marcas y la Umbría, y al sur con Lacio. Sus costas están bañadas por el mar Liguria y el Mar Tirreno. Su clima es suave en la costa y más lluvioso y severo en el interior, lo que favorece unos paisajes y una naturaleza preciosa.
La mejor manera de conocer la región es alquilando un coche, que os permitirá visitar sus pintorescos pueblos a vuestro propio ritmo. Y es que La Toscana tiene mucho que ofrecer, pero para empezar aquí tenéis algunas sugerencias:
Florencia. La capital de La Toscana es sin duda el punto de partida perfecto para vuestra luna de miel. Si queréis disfrutar de todos los rincones de esta bonita ciudad necesitaríais quedaros unos 4 o 5 días. Hay que disfrutarla sin prisa, pasear de la mano por sus calles llenas de historia. De visita obligada es La Academia donde podréis ver al célebre David de Miguel Ángel, el Palacio Pitti, que alberga la obra de Caravaggio y las madonnas de Rafael. Tampoco os perdáis la Catedral de Santa María del Fiore, la Galería Uffizi o la Capilla de los Medicci. Y por supuesto, no podéis iros de Florencia sin pasar por el Ponte Veccio y cumplir con la tradición de poner allí vuestro candado como símbolo de vuestro amor eterno.
Pisa. Hablar de Pisa es hablar de su célebre torre inclinada, pero lo que puede que no sepáis es que en realidad son tres las torres inclinadas que tiene esta ciudad. La más conocida es el campanario de la Catedral, y está situada en la Piazza del Duomo. La segunda es el campanario de la iglesia de San Nicola, junto a Lungarno, y la última está en la parte Este de la ciudad, en el paseo fluvial delle Piagge, y se trata del campanario de la iglesia de San Michele degli Scalzi. Pero Pisa no sólo tiene torres inclinadas, allí también podréis ver la Piazza dei Miracoli, declarada Patrimonio de la Humanidad, el Duomo, la Piazza dei Cavallieri o el Jardín Botánico de Pisa.
Siena. Conocida como la joya de la Toscana, Siena es una ciudad que no os dejará indiferentes. Podéis empezar paseando tranquilamente por su centro histórico, que ha sido declarado Patromonio de la Humanidad por la UNESCO, pues se considera que es la encarnación de una auténtica ciudad medieval. Su catedral es un claro exponente de la arquitectura gótica que no podéis dejar de visitar. Cuando lleguéis a la Piazza del Campo, con su característica forma de abanico, podéis hacer un alto para tomar un delicioso café en alguna terracita y reponer fuerzas mientras disfrutáis de las vistas. El Palacio Piccolomini, la Fortezza Medicea y el Monte dei Paschi di Siena son otras de las joyas que esconde esta bonita ciudad. Y más allá de la ciudad os invitamos a perderos en vespa por las pequeñas y antiguas villas que la rodean.
Lucca es una preciosa ciudad que tiene el honor de ser una de las pocas que ha conseguido conservar intactas sus murallas medievales. Cuna del famoso compositor Giacomo Pucchini, es una ciudad para recorrerla tranquilamente a pie o en bicicleta. Se la conoce como la ciudad de las 100 Torres y las 100 Iglesias, gracias a la cantidad de iglesias, campanarios y Palacios renacentistas que podrás encontrar en su casco histórico. No dejéis de visitar Il Duomo di San Martino, la Basílica de San Frediano o la Plaza del Anfiteatro.