Luna de miel en Bélgica
Si sois una pareja que les gusta la buena cocina, amantes del chocolate y además sois románticos y admiradores del arte, entonces no lo penséis más y elegid Bélgica como vuestro destino de luna de miel.
Información sobre Bélgica
Una de las primeras cosas que te vienen a la mente cuando se llega a este país es que se ha viajado también en el tiempo, ya que la arquitectura y los paisajes parecen sacados de otras épocas. Bélgica lo tiene todo para disfrutar de una luna de miel de ensueño, es una excelente alternativa para las parejas románticas, gustosas del arte, la cultura, la historia y la arquitectura.
El secreto mejor guardado de Bélgica. Cuando pensáis en Bélgica seguro que se os vienen a la mente ciudades como Bruselas, Brujas o Amberes, pero los belgas tienen un “secreto" bien guardado, se trata de una extensión de playas con tramos salvajes, desiertos y algunas zonas turísticas. Si vuestra luna de miel es en verano y queréis conocer playas diferentes, podéis ir al norte de Bélgica y quedaros en De Panne, la más turística de sus playas. Si preferís algo más íntimo y local tenéis Ostende a tan sólo 15 kilómetros de Brujas. Eso sí, aunque sea verano a las playas belgas siempre es bueno llevarse una chaqueta por si las dudas.
Bruselas, su modernidad y cultura. Es la capital de Bélgica, pero también la capital de Europa. Es una ciudad perfecta si sois una pareja que quiere vivir una luna de miel urbana con toques que cultura. En la capital belga tenéis que visitar su lugar más famoso y céntrico, la Grand Place, no os limitéis a verla de día, porque las vistas nocturnas que ofrece son majestuosas. El Menneke Pis, “niño que orina” es otro de los símbolos de la ciudad que no os podéis perder. Por último el característico Atomium es una parada obligada. Si os gusta dar paseos a pie por las ciudades, en Bruselas encontraréis gigantescos comics dibujados en las fachadas de los edificios, lo que hace muy divertido el paseo.
Lo más romántico de Bélgica. Brujas, sin duda es la ciudad más romántica de Bélgica, apodada la Venecia del Norte, por los canales de agua y puentes que atraviesan la ciudad. Es una ciudad de cuento de hadas, de un encanto y romanticismo particular por sus callecitas empedradas y sus edificaciones. Durante un paseo por sus calles os va a envolver una magia especial que sólo esta ciudad es capaz de trasmitir. No podéis iros de Brujas sin conocer el Minnewaterpark, o parque del Lago del Amor, está situado al sur de la ciudad, es uno de los parques más románticos que existen.
Para los que buscáis intimidad. Si sois una pareja a las que le gusta descubrir nuevas experiencia, y poder disfrutar de una ciudad, entonces vale la pena que conozcáis Gante, la otra niña bonita de Bélgica, además de Brujas. En esa ciudad os va a sorprender la cantidad de edificios históricos, destacándose, en el centro histórico, un castillo medieval del siglo XII, la Catedral de San Bavón, combinando estilos góticos, romanos y barrocos y la torre de guardia Belfort. La ciudad también cuenta con pequeños canales de agua que la atraviesan, como Brujas, pero es más pequeño e íntimo.
Qué comer. Aunque los ingleses las llamen "french-fried potatoes", los belgas son los verdaderos descubridores de esta delicia culinaria, por lo tanto no os podéis ir de Bélgica sin probar sus patatas fritas, además de comprarlas solas en cualquier puesto de comida, será la guarnición estrella de muchos platos belgas. Los mejillones al vapor es otro clásico, así como el Waterzooi de pescado o pollo, como un estofado, y stoofvlees o carbonada flamenca. Y si sois amantes del chocolate, gofres y la repostería, sin duda este país será un paraíso para vosotros.
Obviamente tenéis que probar la famosísima cerveza belga, la bebida emblemática del país. Hay más de 600 variedades y las más famosas son las cervezas fabricadas por los monjes de las abadías, por ejemplo la "Leffe". Entre otras que debéis probar están la Lambic, una de las más consumidas, la Trappist, la "Grimbergen" o las procedentes de monjes trapenses como la "Chimay" o la "Orval".
Eventos para disfrutar. Bruselas es el centro de la mayoría de eventos, tenéis el mercadillo navideño, uno de los más grandes de toda Europa. Si os gustan las representaciones callejeras podéis ir al Desfile de Ciñese, durante el mes de mayo, se puede disfrutar de música, disfraces y carrozas las 24 horas del día o podéis optar por el Ommegang, un festival que se celebra los primeros martes y jueves de julio. Las calles se pueblan de trajes muy coloreados, caballos, estandartes, banderas y competiciones. Además, tenéis una de las fiestas populares más grandes de Europa, que son las de Gante, se celebran en el centro de la ciudad y duran 10 días.