Luna de miel en Túnez

Túnez es un país amable, quizá con menos contrastes que Marruecos o menos monumental que Egipto, pero probablemente mucho más seguro y confortable para un turista que cualquier otro país de la región.

Si os decidís por este destino para vuestra luna de miel iniciaréis el camino en la capital, Túnez, con su zoco, en el que se concentran más de 2.000 tiendas para comprar de todo, junto con algunos de los mejores restaurantes del norte de África. Túnez es una ciudad con una gran vida social al aire libre, de la que no podéis dejar de visitar la impresionante medina, Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Tanto en Túnez como en otros muchos puntos del país podréis disfrutar de ruinas cartaginesas y romanas muy bien conservadas. Mención especial merece Sidi Bou Said, un pueblecito que bien podría pertenecer a la sierra de Granada, con sus casitas blancas, sus puertas de un increíble azul intenso, y sus espectaculares vistas al mar.

Pero para la mayoría de la gente que ha visitado este mágico país, lo más inolvidable del viaje es el desierto y los oasis. Túnez dispone de increíbles desiertos: desde inmensas explanadas de kilómetros y kilómetros de sal, donde los tunecinos venden preciosas rosas del desierto y en cuyos lagos los espejismos son habituales, a los desiertos de finísima arena con las mejores puestas de sol, pasando por los desiertos de montaña rocosos, áridos e increíblemente bellos.

Los hoteles son bastante buenos para el nivel de vida del país, especialmente en Hammamet, un golfo donde se han construido grandes urbanizaciones y hoteles de 4 y 5 estrellas para turistas europeos. Eso sí, es importante que conozcáis y tengáis en cuenta los siguientes "contras": la discreta limpieza que hay en general (hoteles, bares, etc.), el tráfico rodado, que es muy agresivo, y que quizá las mujeres se pueden sentir un poco observadas en ciertos ambientes y lugares.