Cuando tu boda cae en un parador de segunda
Celebramos nuestra boda en el Parador de La Palma el 30/07/2022. Tres semanas antes de la boda, vía mail, la directora, la Sra. S. C., nos modifica las condiciones del contrato, nuevos cargos que no estaban contemplados, las fechas de los montajes, inviables e inhumanos y con costes desorbitados. Nuestra boda coincidió con el macroconcierto en La Palma, Love Festival, y el Parador estaba lleno de artistas. Si el hotel no se podía hacer cargo de nuestra boda fue su responsabilidad haberla aceptado. Pero no es de recibo atendernos a medias para darles prioridad a otros clientes y recibir cutreces de lo más variopintas. El día de la boda, la escasez de personal obliga que a final de la cena los camareros se ausenten para montar la barra libre de la fiesta en el edificio contiguo; por lo que no sirven ni cava para brindar con el corte de la tarta, ni los cafés e infusiones contratados en el menú (después de reclamarlo, nos lo abonaron, pero lo pusieron en la factura por si colaba). La Sra. C. también decide unilateralmente que, como nosotros aportamos una mesa dulce en la fiesta, ella prescinde de las bolsitas de golosinas que incluye cada menú (también, por si colaba). No se coge la última versión de menús, alergias e intolerancias enviada a la directora y recepción. Grave. Cada menú contenía 2 copas por contrato (no se especificaba nada más). Tres semanas antes de la boda, la Sra. C. nos comunica que esas 2 copas se tienen que consumir en la 1ª hora de barra libre y que después se perderán y se empieza a tarifar según ella indica (tampoco reflejado). Ante la protesta, nos dice que no tiene forma de contabilizar la barra libre y que daría 2 tickets por persona y a las 2 horas comenzaría la barra libre como si esto fuera una discoteca o la fiesta del pueblo. También se nos pide si la barra libre puede desmontarse un poco antes del final de la fiesta. Todo con el fin de ahorrar costes. Ni siquiera tiene infraestructura de tableros para una boda de 65 personas. No los tiene y punto. Una boda no se monta con mesas de cafetería cobrando el menú a 95 €/pax como he visto. Finalmente, los tableros restantes los aportó nuestra wedding planner. Las minutas impresas en folios de poco gramaje y mal recortadas y tampoco era ninguna de las que nos había mostrado previamente. Primer brindis nupcial con vino blanco; ni siquiera estaba preparado y fue solicitado por el equipo de eventos. Los manteles de las mesas altas de cóctel no cubrían las patitas negras plegables; de manual de primero de hostelería. El montaje de las mesas de la cena el día de la boda se había acordado que se haría a las 15:00 h. La Sra. C. no dio el visto bueno del montaje hasta pasadas las 16:30h, ya que había clientes VIP sentados allí. El equipo de eventos llegó tarde al montaje de la iglesia, organización y recibimiento de los invitados a la iglesia. La boda era a las 18:00h. La Sra. nos denegó también la fiesta en el espacio exterior por debajo de la piscina debido a la política del “no ruido” del Parador. Lo aceptamos y respetamos. En nuestra cena cumplimos el horario, todo fue cronometrado, entrecortando la música, bajita. Cuál es nuestra sorpresa cuando la Sra. C. permite que la cantante Nicki Nicole dé un concierto en ese mismo espacio a las 3:00 a.m. Las normas de su Parador son para algunos. Mi habitación en la que me vestía de novia era diminuta, no cabíamos. Se lo explicamos, allí iba la persona que me vestía, maquilladora y fotógrafo aparte de los familiares que entrañaban y salían. También solicitamos que la habitación de los familiares estuviera al lado y se la dieron en el otro extremo del hotel porque no había disponibilidad. Una boda cuya reserva estaba hecha 6 meses antes. Si no lo haces es porque no quieres o tienes otras prioridades. En su último mail sobre cómo transcurrió la boda nos dice que ha sido generosa permitiendo el montaje de la carpa de luz (después de habernos hecho incrementar los costes). También ha sido generosa con la barra libre: total consumo - copas en menús = facturación. Y no fundirse las copas de los menús en la 1ª hora como pretendía. Por último, comenta que hace una excepción y en el primer plato, ensalada de langostinos, que lleva 2 (en un menú de 95 €), ha puesto 5 langostinos (acordado en la prueba de menú). He de decir que el menú servido estaba rico gracias a su gran chef. Menos mal que no cocinó ella. Llevamos las flores, mantelería, carpa de luz, el resto de tableros, decoración del cóctel y fiesta, sillas para la cena… Como para no esmerarse y poner un poco de empeño y por qué no, una gota de cariño en lo que estaba habiendo. Cumplir el protocolo y hacer su trabajo y leerse detenidamente los mails (a menudo nos confundía con otras bodas). Por supuesto, tres semanas antes no podíamos cancelar, ya que había una cláusula de penalización del 60% y ya tampoco encontrábamos ningún lugar disponible. Es un total abuso de poder. A día de hoy no hemos recibido una disculpa. Lo tangible se puede descontar en factura, su mal servicio ya no se puede compensar. Tengo la sensación que nos ha fastidiado en varias ocasiones hasta deliberadamente, pero esta frase es una afirmación mía subjetiva. Juzguen ustedes. Por supuesto, toda documentación, contrato, dosier, mails y fotos de lo que comento y más que me dejo en el tintero están disponibles para quien quiera verificarlo. Esto no son acusaciones gratuitas e infundadas hacia el Parador y su directora.