En cuanto nos acercamos a conocer el Parador de Baiona, tuvimos claro que nos gustaría casarnos allí.
El entorno es espectacular y en cuanto conocimos al equipo de profesionales que trabajan allí, no nos quedó ninguna duda de que así sería.
La comunicación con Ana fue súper fluida durante todo el proceso, ayudándonos en todo y solucionando todas nuestras dudas con una rapidez increíble.
El día de la boda fue todo perfecto. Ana y Macarena son maravillosas, nos ayudaron y estuvieron pendientes de todos en todo momento.
Solo podemos tener palabras bonitas y de agradecimiento hacia todos los profesionales del Parador por ayudarnos a hacer realidad nuestra boda soñada.

Tuvimos total libertad para seleccionar los proveedores que quisimos, el lugar es magnífico y Ana ha sido una ayuda indispensable para poder realizar nuestra boda!

El entorno del Parador nos enamoró y la profesionalidad de Ana y su equipo nos dejó impresionados. La tranquilidad que nos trasmitió antes y durante con su buen hacer nos permitió disfrutar de un día excepcional que no habría sido posible sin ellas. Han sido todo facilidades a todo lo que pedíamos (que no fueron pocas cosas) y para un día tan señalado eso no tiene precio. Confiar en su buen hacer ha sido todo un acierto! :)

Gracias al equipo del Parador de Baiona, tuvimos una boda preciosa y a nuestro gusto.
El enclave es de ensueño, los espacios, el entorno... y en el banquete todos los invitados quedaron satisfechos. Lo disfrutamos muchísimo y nos queda un recuerdo maravilloso.

El Parador de Baiona es un lugar de ensueño, probablemente uno de los hoteles más bonitos en los que hemos estado en toda nuestra vida.

Nosotros lo conocemos porque somos de la zona. Hemos visitado muchas veces en ese enclave incomparable, habíamos comido en su restaurante, pero no sabíamos cuál era su forma de trabajar en bodas de gran magnitud como lo fue nuestra boda. Y tenemos que decir que todo resultó inolvidable. A todos los niveles.

La atención fue máxima, todo se hizo con un mimo y un cuidado extremos, en todos los detalles del día, desde el principio hasta el final.

Todo esto tiene mucho que ver con la principal artífice de que el pasado 16 de septiembre fuera un día perfecto en todas sus fases: Ana Turrado, la responsable de eventos del parador, y su equipo. Ana tiene una experiencia enorme en las bodas, y desde el primer momento teníamos claro que lo más importante era fiarnos de todo lo que ella nos dijese. Es una persona que sabe escuchar a los novios, que entiende perfectamente lo que quieren, y que te ofrece siempre la mejor opción para cada momento del día más importante de tu vida. 

Todo salió a pedir de boca: la capilla es encantadora, al igual que el entorno de la misma. En ella los músicos que interpretaron varias piezas consiguieron un sonido perfecto. Las fotos que nos hicimos. en un lugar como este, no tienen rival. Luego, llegó un aperitivo que duró 2 horas y media en las que a nadie le faltó ni la comida ni la bebida. Las cervezas estaban muy frías, el vermú era excelente. Los mojitos, muy ricos y frescos. El vino, el mejor albariño de la zona. La gente salió maravillada con los 14 platos del aperitivo, abundantes y originales, pero con un fondo tradicional. Un ejemplo eran los tacos de jarrete, el tartar, los langostinos, el foie, el arroz de gallo de Mos. Las estrellas del día fueron el cortador de jamón y la pulpeira. El pulpo estaba perfecto, se sirvió en cantidades industriales. Era una cosa impresionante.

Durante el aperitivo tocó grupo de rock que escogimos para ese momento donde ya empezaba la diversión al máximo nivel. El parador les ubicó ante el salón medieval, y el sonido era inmejorable y pese al barullo y los saltos de la gente el servicio de los camareros fue impecable y perfecto. Las mesas en las que la gente iba apoyando sus copas y donde se depositaban las bandejas de comida estaban siempre a punto, ya que los camareros no permitían, para no dar sensación de desorden, que en ningún momento quedasen platos vacíos o a medio terminar. La gente mayor tuvo donde sentarse. Cada uno estuvo cómodo a su modo.

Después la comida fue ya en el salón medieval. Es un salón antiguo pero majestuoso, y con la decoración de las flores que escogimos el resultado fue sobrecogedor. Como decíamos antes, Ana Turrado controla todo lo que está pasando de tal forma que nos quitaba toda la presión a los novios, haciendo que ese día tan solo nos dedicásemos a disfrutar. La acústica del salón era perfecta, tanto para la entrega de los ramos como en la música de fondo que sonaba durante el banquete.

De primero pedimos el rodaballo asado, que fue el plato que más nos impresionó en la prueba de menú, por lo bueno que estaba y por su originalidad. De segundo, un solomillo con salsa trufada, poco hecho por dentro, y con unas patatas perfectas. No es fácil cocinar para 200 personas, pero el comentario general fue que la comida tuvo ese día un sobresaliente. El postre, una mus de albariño original, ligera, dulce y equilibrada, estuvo al mismo nivel.

No hay ni un solo detalle que se deba quedar sin destacar de ese día. Los camareros estaban muy atentos en todo momento. A nadie le faltó nunca vino en su copa. Todo se desarrolló con eficacia, elegancia y agilidad. Dos horas y media después, tras repartir los puros, ya estábamos en la barra libre, en el salón de la planta inferior del castillo. 

Al ser tantos invitados y al estar el salón de abajo disponible, el Parador nos recomendó que la barra libre y la fiesta se desarrollasen en esa segunda estancia. Fue la mejor decisión. Es una sala con una decoración más moderna, con la luz algo más baja y donde una barra libre para 200 personas podía llevarse a cabo con total comodidad. Ese salón tiene además una terraza exterior, donde el parador colocó sillas y mesas para sacar la copa y tomar algo el aire. Al hacer tan buen día, ese fue uno de los mejores momentos de un día increíble. 

Los camareros de la barra libre, al igual que durante el banquete eran rápidos, pacientes y eficaces. Todo el mundo tenía su copa servida rápido y bien. No faltó alcohol en ningún momento de las 7 horas que duró la barra libre. Todo salió a pedir de boca, tanto que seguimos intentando quedarnos con algún detalle de todo ese día pero no somos capaces, porque todo fue increíble por igual. Por si fuera poco, el bar del pueblo que elabora la recena para sacar en torno a las 10 de la noche fue una gran sorpresa. Pedimos hamburguesas, perritos y baos asiáticos y todo estaba delicioso. Pronto se corrió la voz entre los invitados de lo bueno que estaba todo y las colas ante los food trucks no se terminaban.


Muchos de los invitados se alojaron también ese fin de semana en el Castillo. Todos ellos, la mayoría familiares, no pararon de resaltar el trato que recibieron en todos y cada uno de los momentos por parte de cada departamento del castillo.
 
A cualquiera que quisiera casarse allí se lo recomendaríamos sin dudarlo ni un segundo. No podemos más que agradecer a todas y cada una de las personas que trabajan en el parador de Baiona por regalarnos un día inolvidable, que vamos a recordar para siempre. 

Para nosotros, sin dudarlo, un 10 como una casa! la atención y dedicación del personal (especial mención a Ana Turrado), sumado a la maravilla del entorno, ha conseguido que sea un día de ensueño para todos. Sinceramente, agradezco la profesionalidad y atención tan dedicada que nos han ofrecido desde el primer día de negociación, pasando por los preparativos y ejecución de todos los detalles del gran día. Muy recomendable

Nuestra boda fue maravillosa, perfecta y el dia mas romantico de nuestras vidas. El parador de Baiona es un sitio idílico, lleno de romance y con vistas que solo se pueden describir como un paraíso Gallego. Toda nuestra experiencia desde la organización, la profesionalidad, la atención al detalle y el servicio personalizado fueron excelentes. Ana y Macarena nos prestaron toda la ayuda y el apoyo necesario para que nuestra boda saliera a la perfección! Tal y como la habíamos soñado. Por eso recomiendo este precioso y mágico lugar para una boda de ensueño.

Nos casamos el 3 de septiembre 2022 y fue todo como esperábamos. Desde hace años sabíamos que si nos casábamos queríamos que fuera aquí, y Ana Turrado hace que todo sea facilísimo de organizar incluso desde la distancia (vivimos en Madrid).
Es genial poder alojar a los invitados en el parador, que puedan ir andando a la iglesia y a continuación celebrarlo, todo en el mismo sitio.
Repetiríamos mil veces más, gracias por todo!

Siempre que pensábamos en la idea de casarnos, el Parador de Baiona estaba en primera opción para la celebración, y finalmente así fue. El equipo del Parador liderado por Ana Turrado (un auténtico ángel de la guardia) dio el 300% para que ese día fuera todo perfecto. Desde los encargados del montaje de la ceremonia a las y los camareros que trataron con cariño y mimo a todos nuestros invitados, especialmente a mi abuela (algo que no olvidaré nunca). Vuelvo a hacer especial mención a Ana Turrado y su compañera, Macarena, que tienen una solución para cada problema y una idea para cada duda. De verdad, si estáis valorando casaros en este enclave, hacedlo. No os vais a arrepentir.

Casarnos en el Parador de Baiona era nuestro sueño y gracias a la gente de El Parador fue incluso mejor que en nuestros sueños. Todo fue genial, nos ayudaron en todo (organización del evento, menús, consejos, etc.) y un servicio muy profesional. Mucha gente después de la boda nos remarcó la profesionalidad y atención del servicio de El Parador. Una pena no poder casarnos otra vez.

Lo tuvimos muy claro, ni una duda después de visitar el lugar y que Ana nos ayudase tanto con todos los detalles. Una celebración con muchísimos momentos mágicos gracias a las posibilidades del lugar, la gran atención y servicio de todos. Con posibilidades de hospedaje para todos los invitados. Una de las mejores decisiones de nuestra boda.

Simplemente perfecto. Todo lo que quisimos y como quisimos. Cero problemas, todo facilidades. Ana Turrado es exquisita, al igual que todos sus compañeros.
Volveremos cada año, sin duda.

Recomendable 100% en todos los sentidos. La localización es increíble, la flexibilidad es total y la atención, la calidad e implicación del Parador mejor aún. Confiar en Ana Turrado y en todos sus consejos ha sido lo mejor que hemos hecho. También debemos mencionar a Francisco, Carlos, Sergio, Ramón y todo el personal del Parador porque han sido súper profesionales e importantes para que nuestro día fuese de nuestro agrado.

Nos casamos en el Parador hace 3 meses y solo tenemos palabras de agradecimiento para todo el equipo. El sitio es espectacular y la atención y el servicio más de lo mismo, atentos en todo momento y cuidando el más mínimo detalle. Organizar la boda allí fue muy fácil gracias a Ana, encargada de coordinar y supervisarlo todo, que hace que todo vaya sobre ruedas y no te tengas que preocupar de nada. Sin lugar a dudas un sitio totalmente recomendable.

Celebramos nuestra boda el pasado 16 de Septiembre. No pudimos haber elegido mejor el sitio, delicia paisajística y culinaria acompañada de trato profesional y personal exquisito encabezado por Ana Turrado.
Hacen que todo sea muy fácil, gestionan hasta el último detalle aportando ideas y mejorando las que nosotros teníamos. Resuelven cualquier imprevisto sin que te des cuenta haciendo que ese día sea inolvidable con la única preocupación de disfrutarlo.
Muy, muy recomendable