Mi vocación me viene de familia: mi padre se ha venido dedicando a la fotografía desde 1955. De él tomé prestada, allá por 1973, su primera cámara, una Boy de 126 mm., y poco después una Retina de 35 mm. Mi entusiasmo por la fotografía se vio confirmada con la lectura del libro Diálogo con la fotografía (Editorial Gustavo Gili). En él, a través de las conversaciones de grandes fotógrafos como C. Beaton, Brassaï, H. Cartier Breson, Man Ray, A. Kertész, Weston y R. Gibson, entre otros, descubrí aspectos fundamentales de la filosofía de la fotografía al tiempo que me inicié en el aprendizaje del lenguaje y la técnica fotográfica.

Es entonces, en 1982, cuando decido abandonar mis estudios de bachillerato para empezar a trabajar en el laboratorio de mi padre. Aunque mi formación es esencialmente autodidacta, la completaré con talleres monográficos de la mano de artistas de gran prestigio nacional: Luis Asensi Limiñana, Manuel Serra, Javier Vallhonrat, Manolo Laguillo, Joaquín Montaner, Ian Wolf, Carlos Canal, Martí Llorenç y Gervásio Sánchez.

Desde 1987, sin abandonar mis cámaras, comienzo a viajar por Asia, América, África y finalmente, Australia. Todos estos viajes se irán traduciendo en diferentes trabajos y reportajes de viaje.

En 1999, establecido en la ciudad de Novelda (Alicante), compagino mi labor profesional con mis trabajos de autor en una serie de proyectos que tienen la intención de explorar y recuperar diferentes aspectos del patrimonio local, en paralelo a mi búsqueda más introspectiva para tratar de captar el significado del paso del tiempo. “Rambla Adentro (My own private interiors)”, “RetroComerç”, In-Visibles y “Art Brossa” son buenos ejemplos de este periodo.

En 2014, salgo a la carretera una vez más. La reanudación de mi fotografía de viajes y mi interés por el fotoperiodismo y la documentación confluyen en mi último trabajo “Kids of copper (Chicos del cobre)” (Finalista en el certamen fotográfico Days Japan International Photojournalism Award 2016).