No he inventado nada, no he recorrido lugares que aún me esperan, pero siempre me ha gustado viajar. He visto como todos mis viajes, mi vida, mis experiencias personales han quedado retratadas para siempre en fotografías de lo más personales posible. No me imagino mi vida sin la fotografía, sin poder retratar lugares, amigos, desconocidos, comidas en restaurantes, etc.

No guardo secretos en mi trabajo, y por ello me dedico también a la docencia. Quiero y necesito ser transparente. Soy aficionado a la montaña, me encanta. Mis grandes amores: mi mujer y mi hijo. Los mayores premios de mi trabajo: las sonrisas y agradecimientos de mis clientes. Seamos amigos, vamos a viajar aunque sea a la vuelta de la esquina, y allí seguro que descubriremos un mundo nuevo, distinto al de ayer, listo para ser inmortalizado.

La fotografía es mi pasión. Es, aparte de un trabajo, mi manera de conservar recuerdos y experiencias personales y profesionales. Cuando tenía casi 7 años me metí por vez primera en un cuarto oscuro, con la boca abierta, incrédulo por ver como una hoja blanca se convertía en un precioso paisaje. Tenía que conseguir lo mismo, quería ese niño que era entonces conseguir lo mismo. Pero quería hacerlo con imágenes captadas por mí. Y ahí comenzó todo… hasta el día de hoy, donde aparte de mi pasión, es mi oficio.

Soy una persona extrovertida, amable y que empatizo con la gente, lo que me facilita involucrarme de lleno en mi trabajo.

Soy una persona organizada y creativa lo que me ayuda a innovar y proponer cosas distintas a los novios según sus gustos.

Soy muy familiar y me encanta disfrutar de ella.

Soy un videógrafo de bodas; me considero un artista y utilizo mi creatividad y habilidades para crear recuerdos audiovisuales duraderos y emocionales para las parejas que celebran su boda. Me gusta contar vuestra boda de manera conmovedora y cinematográfica.