Soy Gastón Lopez. Nombre poco “común” en esta zona del mundo.

Comencé con la fotografía antes de saberlo. Cuando tomé a escondidas la cámara de mi madrina y, en una escapada a la playa, le gasté el carrete completo. Ella tenía otros planes para esas fotos. Me lo hizo saber enérgicamente. De la misma manera que tiempo después me aseguró haberse enamorado de cada imagen.

Hoy, 23 años después, sigo sintiendo la misma pasión al tomar mi cámara. Es el mismo sentimiento de aquel niño que tomaba fotografías a un barco varado en el mar, en un atardecer con el sol naranja.

Un grande de la literatura escribió: “Podría haber sido cualquier cosa. Aún ahora hay momentos en que me siento disponible para cualquier aventura, para empezar de nuevo, como tantas veces”. Yo elegiría una y otra vez mi profesión, la fotografía y el cine. Cada foto, o cada video qué grabo, lo hago con el corazón. Por eso, intento que mis imágenes reflejen emociones. Que sean un poema visual de un momento determinado y que les quite el aliento aun viéndolas cientos de veces. Es difícil explicar cómo se piensa, se recuerda y se ama en imágenes.

Cada foto es un tesoro inigualable. Podría ver una foto mía de hace muchos años atrás, y reconocerla al instante. Porque veo en ella parte de lo que fui y lo que soy. Las reconozco de la misma manera; como no podría verme en el espejo sin reconocerme. Les dejo lo mejor de mí, a vuestro servicio.

¡Espero les encante!