Hace 30 años sostuve mi primera cámara. Mirando las fotos de la niña de esa época, puedo encontrarme con la curiosidad de capturar los momentos y estados de lo que me rodea. Fui a un curso de fotografía para niños y no me gustaba revelar las fotos en el laboratorio, pero seguí congelando el presente.

Entre entonces y ahora, me enamoré de las esculturas y la determinación de Miguel Ángel, pero años después descubrí Corel y comencé a jugar con las imágenes, engañando a la realidad, agregando un toque de imaginación.

Siempre he bromeado con que los fotógrafos y los editores de imágenes son esos pintores sin talento para pintar. Soy la única en mi familia sin un poco de habilidades de dibujo, y así es como apareció Photoshop para personas como yo. Mi profesión y estudios siempre han incluido, sin centrarme específicamente en la fotografía, hasta cierto punto, el estudio de las artes y la comunicación visual y no verbal.

La decisión final de convertir mi pasión en un trabajo y completar todos los pasos, la tomé cuando me mudé a España. Di el salto. Pienso y siento que, en realidad, toda mi vida me he estado preparando para ahora sin darme cuenta.