Son un poco caros pero sus trabajos son de admirar, muy innovadores y están al día. Son muy sensibles, sobre todo en esos momentos previos al llegar al altar, que te llevan los nervios y a veces se te olvida sonreír, pero a ellos no se les olvida. Te ayudan a que te sientas natural, ¿y las fotos? Nada de poses, al menos a mí no me gustan, son naturales como el yogurt de casa. Nos ayudaron mucho a hacernos fotos sin tener vergüenza, haciéndonos fotos en movimiento, que al verlas son preciosas. Tuvimos primera toma de contacto con la cámara (que lo recomiendo, para el día de la boda, no tener vergüenza ni estar cohibido).Hemos quedado muy contentos con ellos. Después de mucho mirar fotógrafos y precios, ellos fueron los escogidos, y no nos arrepentimos. Estuvieron pendientes de nosotros en todo momento, y uno de ellos estaba muy pendiente de mi vestido, que llevaba una larguísima cola de tul, y la arreglaba todo el día. Mi pelo, que con el paso de las horas se me iba deshaciendo el recogido, me lo peinaba con los dedos para que pareciera natural. Te contagian la simpatía que tienen, y eso es de agradecer cuando te llevan los nervios.