¡Hola, gente, un placer que estéis por aquí!

Os animo a revisar mi trabajo con calma. Os voy a contar en unas líneas cómo trabajo, y quién soy.

Me siento muy afortunado de poder trabajar contando historias de amor. Fotografiar bodas me ayuda a comprender el auténtico valor de lo que significa “ser humano”. En apenas un día, os veo amados, seguros, felices, valientes, emocionados, inagotables… pero, también, vulnerables. En apenas un día, puedo comprender lo que significa ser un buen amigo, un mejor amante y un soñador incansable. Todo esto mantiene mi curiosidad activa y mis ojos hambrientos, para entregaros, en forma de fotografías, un pedacito de vuestro amor.

El primer contacto, y el más profundo que he tenido con la fotografía, ha sido a través de la fotografía de creación, por eso, algunas de las cosas que más feliz me hacen son descubrir fotógrafos y estudiar su trabajo; organizar eventos culturales en los que la fotografía es el núcleo; el cine de autor; y cualquier otra actividad que encierre un fuerte trabajo creativo y de reflexión.

Pero no solo me interesa el arte, también aprovecho siempre que puedo para cocinar alguno de esos platos de elaboración lenta, ver series, jugar con mis hijas, disfrutar de la vida junto a mi pareja, y practicar surf.