Me gusta pensar que mis fotografías me describen mejor que cualquier palabra.

La fotografía siempre ha sido mi pasión, y cuando decidí estudiar la técnica, descubrí que mi pasión podía convertirse en mi profesión. Empecé realizando trabajos a conocidos, los cuales me recomendaron a sus amigos, y así, poco a poco, gané seguridad, perfeccioné mi técnica y llegué al punto de partida de mi trayectoria profesional. Ahora, puedo decir que disfruto con cada proyecto, ya sea grande o pequeño, como si fuese mi primera sesión, y esos nervios hacen que saque lo mejor de mí cada día.

Estudié fotografía en la escuela adStudio de San Sebastián, y nunca he dejado de aprender. Creo en la formación constante, bien sea de manera autodidacta o bien acudiendo a diferentes cursos, charlas y seminarios de otros profesionales del sector. La experiencia es fundamental en este trabajo.

He trabajado con muchas parejas el día de su boda, todas diferentes, pero con una misma cosa en común: la ilusión. Siempre les digo a mis parejas que, si deciden contratarme, el día de la boda pueden estar tranquilos y no preocuparse por mí, ya que procuro realizar mi trabajo sin molestar a nadie y sin forzar las poses. Me gusta captar la esencia de cada momento sin alterar la realidad.

Si estás pensando en contratarme, no tengas miedo y hablemos. Es la única manera de conocernos y llegar al mismo punto. Los perfiles pueden resultar algo fríos y asépticos, por lo que, si te ha gustado mi trabajo, no lo dudes, llámame y con mucho gusto intentaré aclarar todas tus dudas.

¡Te espero!