¡Hola! Soy Almudena, y mi pasión por hacer clic a una cámara desde muy pequeña me ha llevado a convertirme en fotógrafa. Siempre me ha fascinado la manera en que una fotografía puede congelar el tiempo y evocar emociones tan profundas.

Mi viaje en el mundo de la fotografía comenzó con una cámara Canon (sin carrete), fingiendo hacer fotografías, pero poniendo el ojo a cada encuadre. Desde ese momento, supe que quería explorar el arte de la fotografía en profundidad. Me sumergí en libros, cursos y talleres, ávida por aprender todo lo posible sobre técnicas de composición, iluminación y edición.

Después de años de dedicación y práctica, finalmente decidí seguir mi pasión y estudiar en la prestigiosa escuela de fotografía Too Many Flash, en la que apliqué para una beca aportando distintas fotografías, y me la concedieron.

Fundé mi propio estudio de fotografía. Aquí, puedo dar rienda suelta a mi creatividad mientras trabajo con muchas familias para inmortalizar los momentos más preciosos de sus vidas.

Mi enfoque en la fotografía de bodas va más allá de simplemente hacer fotos. Para mí, se trata de contar historias, de capturar la esencia única de cada pareja y de su día único. Me encanta trabajar de cerca con mis clientes, conocer sus personalidades y la visión de su gran día, para poder reflejarlas fielmente en mis fotografías.

Si bien soy una persona muy creativa y disfruto experimentando con diferentes estilos y técnicas, también valoro enormemente la importancia de la técnica en mi trabajo. Creo firmemente que un conocimiento sólido de los principios fundamentales de la fotografía es esencial para poder llevar mis ideas creativas a la vida de manera efectiva.

Cada boda es una nueva oportunidad para mí de desafiarme a mí misma, de crecer como artista y de brindar a mis clientes recuerdos que atesorarán para siempre. Desde las suaves puestas de sol hasta los momentos llenos de emoción en la pista de baile, estoy comprometida a capturar cada momento con belleza y autenticidad.

Ser testigo de la alegría y el amor en el día de la boda de mis clientes es un privilegio que nunca tomo a la ligera. Me siento increíblemente agradecida de poder hacer lo que amo todos los días y de poder compartir mi pasión por la fotografía con el mundo.