Un contador de bellas historias, experto en inmortalizar emociones. Y tu cómplice para crear tu propia historia inolvidable. Muchos lo llaman fotografía. Pero para mí, es mucho más que solo eso.

Todo lo que he vivido, sentido y descubierto me ha convertido en un fotógrafo que, más que ofrecer imágenes, ayuda a las personas a poder inmortalizar aquellos momentos que nunca debieron haber terminado.

Nací en México, pero desde los 11 años llevo viviendo en España y crecí siendo un entusiasta de las historias y la imagen, fija o en movimiento.

Recuerdo que desde niño siempre me gustaba la idea de poder congelar el tiempo, aquellos momentos en los que me lo pasaba bien y que era feliz, obviamente eso es imposible. Gracias a la fotografía pudimos conseguir plasmar nuestros recuerdos en imágenes, pero yo no solamente quería conseguir capturar momentos, quería transmitir a través de la luz, del color y la composición una historia detrás y plasmar los sentimientos de aquel momento en una foto. Descubrí que la fotografía era lo que más disfrutaba hacer. Desde los 15 años hasta el día de hoy no he parado de capturar imágenes, siempre con el deseo de ser mejor perfeccionando mi técnica.

Decidido a convertir mi pasión en mi trabajo, me licencié en Comunicación Audiovisual, lo que llevo a trabajar como fotógrafo de Bodas y todo tipo de eventos sociales.

Cada reportaje de boda es para mí una gran aventura:
La de llegar a la esencia de cada sentimiento, hasta crear fotografías donde parece que aún se escuchan las risas, los suspiros, en las que se percibe la ilusión en el brillo de los ojos y todo parece cobrar movimiento.

Por eso, más que fotógrafo de bodas, me considero fotógrafo de vida.
Por ello, vuestra boda es para mí mucho más que un evento, una celebración o una tradición.

Sé lo importante que es el día de vuestra boda, y también que para lograr el mejor resultado es fundamental conoceros, descubrir lo que os hace diferentes y conseguir entre nosotros una buena comunicación, confianza y complicidad.