No nos hizo falta mirar nada más a mi pareja y a mi, cuando supimos que aquí es donde nos íbamos a casar. La boda fue hace dos días, y la finca estaba preciosa.
Gracias a Iñigo y a Constantin, que la tienen en muy buenas condiciones. Pude disfrutar de todo.
Iñigo tiene muy buena disponibilidad para dejar todo preparado para este gran día.
Precio muy muy bueno para esta espectacular finca.

El Molino de los Rosales nos enamoró para celebrar nuestra boda desde el principio. Es como entrar en un cuento, donde todo está cuidado por Constantin y Valeria, encantadores, con mucho gusto y cariño.
Nuestra boda quedó espectacular, todo el mundo sorprendido por el maravilloso lugar, y sobre todo, tan original y que no conocían.
Sin embargo, si nos hubiera gustado tener en cuenta los gastos extra que conlleva un lugar al aire libre como este. Es parte de su autenticidad, pero sale más caro de lo esperado, al tener que contratar baños, tarima, generadores, electricista, una carpa por si llueve…
Nuestra boda fue increíble y estamos muy agradecidos de haberla podido celebrar allí, las fotos quedaron preciosas, nosotros disfrutamos al máximo ya que el Molino estaba a punto y cuidado en cada rincón.

Cuando decidimos casarnos, buscábamos un sitio especial para celebrar nuestro día, un sitio abierto, en el campo y a la vez cómodo para nuestros invitados (especialmente para algunos familiares mayores). Os aseguro que dar con un sitio que cumpla estas características no es nada fácil, pero buscando dimos con el molino. Desde el primer momento nos enamoró. Se trata de una finca privada con mucho valor sentimental para su dueño, y la cuida con muchísimo mimo, y eso se nota. Desde el primer momento el trato con Íñigo fue inmejorable. Quiso conocernos en persona y enseñarnos todos los rincones del molino. Las vistas son preciosas, el viñedo, la zona de baile... Muchos invitados nos dijeron que era un sitio precioso. Nosotros nos decantamos por montar unas carpas tipo tipi, ya que, al no tener ningún sitio cerrado, nos agobiaba un poco el tema del tiempo, y no tuvimos ningún problema con eso, el guardés habló con los de las carpas y programaron el montaje. En fin, que fue todo un acierto. Lo recomendaría mucho. Lo único que mejoraría es la posibilidad de construir un par de aseos en algún lugar de la finca para uso de las bodas, ya que actualmente hay que llevar unos portátiles.

Decidir dónde celebrar tu gran día es bastante difícil, pero solamente tienes que atravesar el portón del molino para saber que es el sitio perfecto. Una finca con mucho encanto, con rincones de ensueño que hacen que sea tan especial. ¡Los invitados quedaron encantados con el sitio!

Es increíble cada rincón de esa finca, además del trato de los guardeses y la amabilidad del dueño, gracias.

El sitio más bonito en el que puedas celebrar tu boda, la finca está muy bien cuidada. Íñigo, el propietario, fue encantador... dispones de una casita de muñecas para dejar tus cosas los días previos.

Sitio maravilloso donde los haya. Hace que tu día tenga un encanto especial. La atención, tanto del dueño como del personal de trabajo, es maravillosa. Te aconsejan y si te dejas guiar, acertarás.

Aparte de ser el lugar más bonito que hemos visto para celebrar nuestra boda el trato de la gente a sido muy recomendable, nos facilitaron todo lo posible, poder ir cuántas veces queríamos y a ver cómo están montadas otras bodas, muy recomendable

El Molino Miguel de Rosales es de ensueño. Desde el momento que entras parece que estás en un cuento de princesas. Tiene mil rincones preciosos. El día después de la boda, al recoger las cosas, salimos llorando de la emoción.

Tenía muy claro lo que quería y estaba muy preocupada porque pensaba que no lo iba a encontrar hasta que visité el Molino y cancelé todas mis otras citas. Pude celebrar el día más importante de mi vida en mi lugar soñado. Todos mis invitados nos lo dijeron, es una boda de cuento de hadas. Nunca jamás hubiera elegido otro lugar. Su dueño fue super amable y flexible, nos ayudó en cada momento y siempre estuvo a nuestra disposición. Tienes la oportunidad de hacer tu cóctel en un área, cena en otro y la fiesta en otro. Y sí hay que tener en cuenta añadir baños y luces, cosa que me asustó un poco, encontramos empresa de alquiler de baños bastante económico y bonitos sin problema, al igual que catering y lo mejor es que el dueño te puede dar sus nombres. ¡Espectacular!

No podemos estar más contentos de haber elegido la Finca Molino Rosales para nuestra boda, cuando lo vimos no tuvimos ninguna duda que ese era nuestro sitio, simplemente perfecto! Nuestros invitados quedaron fascinados con la belleza del lugar, soy de un pueblecito cercano y hemos pasado muchísimas veces por la zona sin imaginarnos que el entorno escondía un rincón tan extraordinario! Nos gustaría dar las gracias a Íñigo por su esfuerzo y dedicación a lo largo de los años para construir este sitio tan maravilloso y por permitirnos convertirlo en el escenario de nuestro gran día y también a Mihaí por su amabilidad y disposición en todo momento!

Celebré mi boda en Molino Rosales el pasado mes de mayo. Salió todo fenomenal. El propietario es encantador y el entorno realmente precioso y perfecto para una boda campestre única. ¡Si pudiera lo volvería a repetir y sin duda se lo recomendaré a mis amigas!

Todo lo que nos ofreció el Molino Rosales era lo que buscábamos. Es un sitio ideal para disfrutar del mejor día, en los maravillosos jardines pudimos disfrutar del aperitivo y de la comida. Muy recomendable para todos los que quieren una boda más campestre.

Un sitio de ensueño con su estanque y su viñedo. Diferentes zonas para cada parte de la celebración. Es precioso pero hay que tener en cuenta que hay extras que añadir como luz, generador, baños y pista de baile.

La frase que pondría en la entrada de este lugar: "Érase una vez..." porque es entrar allí, y es como si estuvieras dentro de un cuento. Teníamos una idea de celebración particular, un sitio al aire libre, campestre de verdad, no lo típico, con encanto, romántico sin llegar a la cursilería, como si fuera un cuento, y lo encontramos. Era una idea, que sólo estaba en nuestra cabeza, y había que ponerla en práctica, muy difícil de visualizar, pero ahí estaba... Fue llegar allí, y ya no quisimos buscar más sitios. De hecho, fue el primero que visitamos, y al final el único. A partir de ahí, la idea fue tomando forma. Conocimos a Mijail, el guarda de la finca, que nos la enseñó, y nos dio contactos de proveedores, porque claro, mucha idea no teníamos, de por dónde empezar. Se portó genial, estuvo siempre que lo necesitamos, no nos puso ningún problema cada vez que queríamos ir, y resolvió todas nuestras dudas. Después para formalizarlo todo, conocimos a Íñigo, el propietario de la finca, un señor encantador, que nos facilitó mucho las cosas, nos guió muy bien para organizar cada detalle que se nos escapaba, porque la experiencia es un grado, y nosotros teníamos más bien poca. Estuvo muy pendiente todo el tiempo, pues después de conocerle, nos llamó interesándose por cómo iba todo. Fue un placer conocerle. Después llegó la boda, y claro, qué voy a decir, es mi boda, pues inolvidable, lo pasamos genial, en un sitio espectacular, que encantó a todos. La mayoría no había estado en una boda así, porque no es una finca de eventos al uso, es un entorno natural, cuidado, al aire libre, todo es auténtico, nada está puesto ahí para que tu celebración parezca más bonita, más rústica, ni más romántica, es que lo es. Lo mejor es el efecto sorpresa, porque nadie se imagina, que algo así esté ahí. Muchos de los invitados, son de la zona, y quedaron sorprendidos gratamente, cuando llegaron allí. A todos, y no me dejo a nadie, porque fue comentario generalizado, les encantó el sitio. Así que cómo no vamos a recomendarlo, una y mil veces. Porque hicimos realidad un sueño, gracias al escenario perfecto.