Elegimos esta finca por su espectacular ubicación, ideal para quienes, como nosotros, aman la sierra. Sin embargo, aunque el entorno es precioso, lamentablemente el lugar no está preparado para eventos de más de 50 personas, ya que solo el restaurante cuenta con ese aforo. Para eventos más grandes, disponen de una carpa, pero esta presenta serios problemas de acondicionamiento.

1. Condiciones de la finca en general: En la finca hay una pradera y aunque yo nunca la vi con césped, M. te enseña y envía fotos de otras bodas donde la gente está sentada en el suelo, que luce espectacularmente verde. Lamentablemente durante meses no recibió el mantenimiento adecuado y esto hizo que el espacio no se sintiera lo suficientemente cuidado para un evento tan importante como una boda. Ni en nuestra boda, ni en ninguna en todo 2024 (al menos hasta el 12 de octubre). Además, como ese día llovió, toda la boda (ceremonia, cóctel, banquete y barra libre) se tuvo que hacer dentro de una carpa.

2. Problemas con la carpa: La carpa es espectacular y está muy bien integrada en el entorno, pero nosotros celebramos la boda a principios de otoño (el 12 de octubre), y aunque el clima fue más templado que en bodas anteriores donde los invitados se quejaron del efecto invernadero, como llovió, la carpa presentó problemas de filtración de agua por la parte baja. Había tantos charcos dentro, que me vi obligada a quitarme el vestido de novia antes de que terminara la barra libre porque estaba mojado hasta la altura de las rodillas. Además, no había capacidad y estuvimos todo el día como sardinas en lata (120 adultos y 20 niños).

3. Comida: Inicialmente íbamos a hacer toda la boda con M., pero la prueba de menú (valorado en 137€) fue tan bochornosa que nos vimos forzados a cambiar de proveedor dos semanas antes del evento, a un catering recomendado por la misma M. (y el único que nos daba el servicio con tan poca antelación). Desafortunadamente, esto también resultó ser un fiasco: las cantidades fueron insuficientes, la calidad dejó mucho que desear y la organización fue caótica.

4. Preocupaciones ignoradas: En los meses previos, comentamos nuestras inquietudes con el equipo de la finca tras escuchar de problemas en bodas pasadas, preocupaciones que se confirmaron al hablar con otras parejas. Sin embargo, al consultar reiteradamente si esos aspectos estaban solucionados o si se iban a solucionar, nos hicieron sentir que estábamos siendo insistentes o “pesados” e incluso insinuaron que no queríamos cubrir ciertos gastos. A pesar de nuestra insistencia, los problemas se repitieron el día de nuestro evento.

Aunque al final pude disfrutar un poco gracias a mi familia y amigos, con toda la pena de mi corazón tengo que decir que no fue el día con el que tanto había soñado. Es realmente triste que el lugar, aunque es increíble, no esté acondicionado ni gestionado para asegurar que momentos tan especiales se vivan con tranquilidad y sin estos inconvenientes.

Me habría encantado escribir otra cosa, pero espero que esta reseña sirva para que otras parejas no pasen por lo mismo que pasamos las de las bodas de 2024.

Y ojalá que nosotros, algún día, podamos recordar ese día con un poco más de cariño.