Opiniones de Finca Albadía

El título de esta reseña resume a la perfección nuestra experiencia con Finca Albadía, un flechazo que se ha convertido en amor infinito por ellos, tanto en calidad de novios como de invitados.
El día que Pablo y yo hicimos la visita (guiados por las buenas reseñas que tenían -y tienen-) habíamos estado antes en otros sitios que nos habían gustado pero no encantado... a todos les faltaba "algo". Sin embargo, al llegar aquí vimos ese césped, esos porches, esa zona de pinos... creemos que fue una corazonada porque los dos nos miramos a la vez y en bajito nos dijimos: "aquí es, hemos encontrado el lugar perfecto para nuestra boda".
Y efectivamente ha sido la mejor elección que pudimos hacer, no lo cambiaríamos por nada del mundo!
La finca es espectacular de bonita y tiene todos los espacios muy bien diferenciados (requisito imprescindible para nosotros y que pocas fincas en Madrid ofrecen). Buscábamos un sitio donde poder celebrar nuestra ceremonia civil, tomar el cóctel, servir una buena cena sentados, y disfrutar de la fiesta tanto al aire libre como en discoteca cerrada.
La ceremonia la ofició Ana y no podemos más que darle las gracias por lo amena y emotiva que fue a pesar de conocernos poquito. Nos lo puso muy fácil tenía todo controladísimo, así que primer punto a favor!
Otro gran punto a favor es la calidad de su comida, lo cual ya descubrimos en la prueba de menú, pero que en la boda se acentuó más si cabe porque todo el mundo nos repetía constantemente que qué rico estaba todo, tanto los aperitivos del cóctel como el entrante, el sorbete y el principal de la cena.
Pero lo mejor de Finca Albadía son Rober y Delia, un matrimonio encantador y muy profesional sin el que todo esto no sería posible. No tenemos más que buenas palabras para ellos ya que han estado siempre disponibles para nosotros, abiertos a cualquier sugerencia o petición, y súper atentos durante la boda para que todo saliera a la perfección (fueron un grandísimo apoyo aquel día, se sabían todo al dedillo).
En resumen, fue un día increíble para todos, infinitamente mejor de lo que habíamos imaginado... Lo pasamos fenomenal y lo dimos todo!! Eso sí, se nos hizo cortísimo y no comimos casi nada :(
Menos mal que teníamos una segunda oportunidad para disfrutar de la finca porque un mes después hemos tenido la boda de unos amigos allí también!!!
Y ahora sí nos hemos podido fijar en todos esos detallitos que en su momento no te da tiempo a fijarte y hemos podido comer todo lo que los nervios no nos dejaron comer. Así que en calidad de invitados comentar que la experiencia es casi mejor incluso que como novios!
Destacamos la labor de los camareros, todos muy amables y siempre atentos de que no le falte a nadie comida ni bebida; el cóctel buenísimo y además en constante evolución (había cositas nuevas muy ricas); el candy-bar muy completo (que aquel día ni lo vimos) y qué decir de la recena de sandwiches mixtos, perritos, hamburguesas y donuts... brutal!!
Así que por todo esto, y hablando como novios recién casados y como invitados... no es una finca de 10, es una finca de 12!!! Si nos casáramos más veces, repetiríamos sin duda con ellos. Ojalá se casen más amigos allí para poder volver!