La boda de Víctor y Sara en San Martin De Pusa, Toledo

La ceremonia comenzó a las ocho de la tarde, debido al calor. El novio estaba guapísimo, luciendo un traje verde de Empíreo, una marca de nuestra ciudad. Yo llevaba un vestido sencillo pero precioso de Sedka, que capturó todas las miradas.

Quisimos que la boda tuviera una temática especial, así que elegimos a Groot de Guardianes de la Galaxia como hilo conductor. Desde los Save the Date hasta el día de la boda, hubo detalles sutiles y encantadores inspirados en este personaje. Las mesas de los invitados que estaban sentados tenían marcos con imágenes de algunos de los Guardianes, añadiendo un toque divertido y personal a la celebración.

Queríamos una ceremonia íntima y especial, así que mi tía abuela, que también es mi madrina de nacimiento, fue la encargada de oficiar. El novio hizo su entrada de la mano de su prima Vera, mientras sonaba una versión de "Something Just Like This", seguido por sus padres y primos, cada uno con un tarrito de arena. Mi entrada fue acompañada por una versión de la banda sonora de Harry Potter. Primero entraron mis padres, y luego mi primo, con una cesta llena de pétalos, me dio paso. Estaba tan nerviosa, mirando el suelo empedrado para no tropezar con los tacones, que no tuve tiempo de emocionarme al ver al novio.

La ceremonia fue una montaña rusa de emociones. Una de mis damas de honor y mejor amiga abrió los discursos, arrancándonos las primeras lágrimas. Luego, los mejores amigos del novio, una pareja que él unió hace casi ocho años, hicieron llorar al novio, que intentaba contenerse. Mi madre dio el discurso más épico, dejando a todos sin palabras y con lágrimas en los ojos. Mi hermana continuó con un toque más poético, muy en su estilo.

Después vinieron los votos. Yo opté por cantarle los míos, y creo que le gustó mucho porque me besó antes de que pudiera terminar. Él, con unas cuantas frases, me derritió el corazón, como solo él sabe hacerlo. Nos intercambiamos los anillos, y mi suegro y la tía de Víctor cerraron la ceremonia con sus discursos. Su tía, siempre con su toque de humor, y su padre, con un tono más sentimental, nos arrancaron las últimas lágrimas.

Cerramos la ceremonia con el ritual de la arena, un último beso, y el lanzamiento de arroz, confeti, mariposas y pétalos, todo con una de nuestras bandas sonoras favoritas de fondo: ¡Piratas del Caribe!

Nos escapamos a hacernos algunas fotos mientras la fiesta comenzaba. La cena fue en formato cóctel, organizada por el catering de Beltrán. Después de las fotos, hicimos una entrada espectacular con bengalas de humo mientras sonaba "El Principio de Algo" de Samuraii y La La Love You, y brindamos con unas copas de vino.

El menú fue todo un éxito: además del cóctel, había una mesa de encurtidos, un puesto de anchoas y boquerones, dos cortadores de jamón, una mesa de quesos, una parrilla con brochetas de carne, y nuestro favorito, ¡el stand de sushi! Pero lo que más disfrutaron fueron las sorpresas.

Empezamos con los regalos: ramos de flores para nuestras madres y mejores amigas, quienes recibieron un anillo de caramelo insinuando que podrían ser las siguientes en casarse (¡tanto fue así que el mejor amigo de Víctor propuso matrimonio en ese momento!). También dimos regalos a la maestra de ceremonias, a mi hermana por su ayuda, a mi tía Marta, mi segunda wedding planner, a mi tía Raquel, que está embarazada, y a mi bisabuela, que cumplía años ese día.

Una de las sorpresas más grandes de la noche fue para el novio: una tarta espectacular de Groot, que lo dejó sin palabras. ¡Fue un detalle que todos adoraron!

Nuestros amigos decidieron seguir la tradición y cortaron mi liga (¡en realidad cortaron dos o tres!), mientras que al novio le cortaron los calzoncillos. ¡Al final, nos pagó una cena romántica en París durante la luna de miel!

Hubo un discurso un poco borracho por parte de mis otras dos damas de honor, pero fue divertido. Mi hermana y mi cuñado nos sorprendieron con un vídeo de preboda que nos encantó.

Y la sorpresa de la noche fue un conciertazo de Summer Day, con David, que aunque estaba invitado, terminó actuando con todo su grupo. ¡La gente se volvió loca de emoción!

Yo también me uní al grupo para dedicarle "Clima Tropical" de Dani Fernández a mi recién estrenado marido. Luego canté "La Mujer de Verde" de Izal, más por capricho.

Después del concierto, todos se dirigieron a la zona de fiesta. El DJ empezó a poner música, y de repente sonó "I Don't Wanna Miss a Thing". Víctor y yo entramos, encendieron las bengalas, comenzamos nuestro baile, y de repente… ¡Cortocircuito! Pero todo estaba planeado. Sonó una versión remix de "Vois sur ton chemin", nos pusimos las gafas de sol y ¡a saltar! Fue el mejor inicio de fiesta posible.

La hora loca se adelantó porque la fiesta voló, pero cada segundo valió la pena. Entramos con la banda sonora de los Vengadores, y justo cuando terminó, ya estando todos allí, comenzó a sonar "Barbie Girl" de Aqua, lo que desató aún más la diversión. Hubo máscaras de los Vengadores, jeringuillas para los chupitos, más máscaras para los invitados, palos de luz, pomperos… ¡Superdivertido!

La fiesta continuó hasta el amanecer. Nosotros nos retiramos antes, pero algunos siguieron celebrando hasta el amanecer.

Fue un día inolvidable, el más especial de nuestras vidas. Aunque algunos detalles podrían haber salido de otra manera, la verdadera magia residió en que todo fue perfecto tal como fue.