La boda de Tony y Lucía en Oviedo, Asturias
De noche Verano Dorado 8 profesionales
T&L
02 Jul, 2016El día de nuestra boda
Cuando dicen que es el día más feliz de tu vida, no es exagerado... ¡Es que realmente lo es! Yo no recuerdo un día más especial y más emocionante que el pasado 2 de julio, un día en el que reúnes a todos tus familiares y amigos, a toda la gente a la que quieres y que te quiere y en el que prometes querer a tu pareja todos los días de tu vida. Un día que, por otra parte, pasa a una velocidad pasmosa, así que, a las que no hayáis pasado aún por él os recomiendo ¡que lo aprovechéis a tope!
El 2 de julio, llegamos mi madre, mi hermana y yo al Ruaquince sobre las 3 de la tarde (la boda se celebraba a las 8 pm). En seguida llegaron la peluquera (Barbareando) y la maquilladora (Reyes Tabarés) y un poco más tarde el fotógrafo (JFK). Aunque parezca increíble, yo no estaba nada nerviosa, de hecho, me guardo un recuerdo genial de esas horas previas antes de la fiesta: mientras te vas preparando y ves que se va a acercando el momento...
Y quizás, de toda esta previa, uno de los momentos más bonitos es cuando, te vistes. A mí me ayudaron a ponerme mi precioso vestido, diseño exclusivo de Manu García, mi hermana, mi prima, mi madre y mi sobrina. Una vez vestida, con ramo, con joyas y con todo listo, llegó el padrino para llevarme al altar. Un momento de complicidad, de nervios, de emoción... ¡Impagable!
Seguir leyendo »A las 8 pm en punto salimos caminando hacia la Iglesia San Tirso del Real de Oviedo, en la misma plaza de la catedral y a pocos metros del Palacio Rúaquince.
Recuerdo la entrada en la iglesia como el momento más especial y más intenso de toda la boda. De fondo, el Canon de Pachelbel, a los lados del pasillo mis amigos y los de Tony, mi familia y la suya, delante, mis pequeños pajes, a mi lado, cogiéndome fuerte, mi padre, y... al fondo, él... Esperándome. ¡Qué nervios, qué emoción, qué alegría! ¡Es indescriptible!
La ceremonia religiosa, que duró unos 40 minutos, estuvo amenizada por el Cuarteto Appassionato y en ella leyeron nuestros 4 sobrinos. Tras las fotos de rigor y la salida, regada por multitud de serpentinas, pétalos y arroz, nos dirigimos al Ruaquince para empezar la fiesta.
Para el cóctel utilizamos toda la parte de arriba del Palacio, es decir, todos los salones, ya que éramos muchos: 150 personas. El cuarteto, que había amenizado la ceremonia, también estuvo presente en esta parte de la fiesta, alegrando la misma con canciones más informales tipo bandas sonoras, juego de tronos, Metallica, Bruce, The Beatles, etc.
En total, Casa Fermín, que era el catering contratado, sirvió 14 pinchos diferentes (incluidos los jamones de Joselito y una espectacular mesa con más de 40 variedades de quesos) que hicieron las delicias de los invitados. Para acompañar tanta comida se sirvieron todo tipo de bebidas con y sin alcohol: vinos, cervezas y refrescos. Y también hubo una barra de cócteles montada por GRG Eventos.
Sobre las 11 de la noche bajamos a cenar a una preciosa carpa de Auseger decorada con microbombillas que se había habilitado en el jardín del Ruaquince. La decoración se completaba con manteles de tonos tierra, bajoplatos dorados a juego con las sillas, también doradas, la moqueta de color marrón chocolate y los centros de mesas de hortensias blancas de Pando Floristas... La cena, también de Casa Fermín, consistió en una deliciosa ensalada de bogavante, rape y, por último, solomillo. De postre pusimos una milhoja de chocolate blanco con helado de frambuesa. Y tras la cena, junto con el café, y como detalle a nuestros invitados, se repartieron moscovitas de Rialto, dulce típico de Oviedo.
Y después de la cena... ¡La fiesta! Sobre la 1 am abrimos el baile con la canción de Elvis “Can't help falling in love”. Un baile del que salimos airosos gracias a Sonia Blanco, del Centro de Danza & Arte Sonia Blanco. ¡Sin ella no hubiese sido posible! Y aquí también tuvo lugar el emocionante "momento ramo" que decidí partir en dos para regalar a dos de mis mejores amigas casaderas: Guiomar y Lucía. El ramo de hortensias blancas, así como la decoración de la iglesia y del Ruaquince había corrido a cargo de la floristería La Flor de Cervantes.
Después, dio comienzo el concierto de los Testigos BBC un grupo de música que versiona canciones de los años 80 y que animó muchísimo el ambiente de la fiesta. Tras el concierto que duró 2 horas, estuvo pinchando el DJ de Dismóvil hasta las 7 am.
Durante la fiesta hubo un cigar corner con tabaco y puros y también un candy bar con chuches de Tartagola. Además, pusimos en un rincón el libro de firmas que me había regalado mi amiga Henar y en el que mucha gente nos escribió cariñosos mensajes.
Asimismo, en la zona de baile colocamos un par de cestas con alpargatas de Bodalandia, de todas las tallas y colores para las invitadas. Un detalle que a mí me parecía indispensable y muy útil para poder aguantar bailando hasta altas horas.
Una de las cosas más divertidas y que más gracia hizo a nuestros invitados fue el photocall personalizado de Star Wars ubicado en la zona de la barra libre. Se lo encargamos a la empresa Photocall Blog y fue todo un éxito. Orejas de Yoda, moños de Leia, espadas láser de todos los colores, máscaras... ¡No faltó detalle!
Y me queda un último detalle por contaros que triunfó en la fiesta. A las 6 am, un taxista nos trajo hamburguesas de Mcdonalds: cuarto de libra, hamburguesas de euro, big macs, nuggets ¡Menuda recena! ¡La gente estaba encantada!
Y nada más... A las 7 h, con la canción de "Amigos para siempre" de fondo finalizó la fiesta más maravillosa del mundo y el día más feliz de mi vida. ¡Disfrutad mucho el vuestro que pasa volando!
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