La boda de Toñi y Blas en San Fernando, Cádiz
De noche Invierno Morado 1 profesionales
T&B
16 Mar, 2013El día de nuestra boda
Las dos últimas semanas antes de la boda las recuerdo agotadoras, tuvimos que hacer mil cosas, entre ellas recoger mi vestido dos días antes. Me ocurrió algo curioso porque muchas chicas he oído siempre que se emocionan la primera vez que se prueban su vestido o incluso cada vez que se lo prueban. Yo no. Cuando lo elegí no me emocioné, ni ninguna de las 3 veces que fui a probármelo. Me emocioné el día que lo recogí, cuando ya lo vi terminado, cuando ya vi que tenía el traje perfecto a mi medida, ahí si que se me cayeron las lagrimitas. Me despedí de la dependienta de Pronovias que fue un amor todo el tiempo conmigo y me lo llevé a casa de mi madre, (por cierto a mí me regalaron la liga en Pronovias, ¡pero al final olvidé ponérmela!).
La mañana de mi boda amaneció lloviendo, y yo bastante nerviosa, primero por la lluvia y porque la noche antes me había caído y me sentía dolorida. Me levanté a las 8 de la mañana, desayuné para luego ducharme. No había dormido casi nada y me dolía mucho la cabeza y la espalda. A las 10 de la mañana mi madre y yo teníamos cita en la peluquería. A mí me tenían que poner los tubos y hacerme las uñas y a mi madre las uñas. La peluquería estaba a tope de gente con lo que hasta la 1 de la tarde no salimos de allí.
Seguir leyendo »Al poco de llegar a casa, sobre las 2, llegó mi ramo de flores y mis adornos para el coche. El ramo era precioso tal cual lo había querido. No puedo expresar lo que sentí al verlo, ¡me encantó! Después mi madre y yo nos comimos algo ligero. Yo tenía tanto sueño que de 2 y media a 3 y media, que era cuando llegaba la peluquera para peinarme y maquillarme, me eché un siesta que me sentó de escándalo. Cuando mi madre me despertó para avisarme de que ya había llegado, no tenía nada de nervios. A partir de ahí empecé a disfrutar de todo y super relajada, y por si fuera poco mi madre me avisó de que hacía una hora que ya había dejado de llover.
Me encantó como me dejó la peluquera, entre ella y mi madre me ayudaron a vestirme. Todo fue super tranquilo ya que estábamos solas las tres. A las 5 llegó mi hermana con mi sobrino que fue quien llevó los anillos y mi sobrina; a las 5 y media el fotógrafo, que me hizo un montón de fotos y disfruté muchísimo.
Cinco minutos más tarde de las 6 y media llegué a la iglesia. Había un montón de vecinos de mi infancia que se acercaron a verme. Fue precioso ver tanta gente con el frío que hacía y todos allí esperándome. Cuando me bajé del coche me sorprendió no ver a mi ya marido esperándome fuera, porque quedamos en eso, en que él me esperaría fuera y así yo estaría más tranquila. Pero como iba tan tranquila no me importó que estuviera dentro, es más, me emocionó mucho verlo esperándome en el altar. Luego me enteré de que el cura le dijo que me tenía que esperar dentro.
La ceremonia fue corta porque yo lo quise así, pero no por eso menos bonita. Al salir fue una locura porque nos tiraron de todo: arroz, confeti, pétalos. Después nos fuimos a hacernos fotos y luego al convite. Todo salió muy bien, hubo momentos muy emocionantes, sobre todo cuando le regalé el ramo a mi sobrina, cosa que nadie se esperaba porque yo había dicho muchas veces que lo llevaría al cementerio, pero cambié de opinión.
En fin, que fue un día inolvidable, una boda de 65 personas con las que pude hartarme de hablar, hacerme fotos y disfrutar en todo momento. Como sugerencia para las que os vayáis a casar, si no sabéis si contratar photocall, hacerlo porque os garantizo que anima muchísimo. Yo me alegro muchísimo de haberlo puesto porque a la gente le divirtió mucho.
Y por último, es cierto eso que todo el mundo dice, ¡se pasa rapidísimo!, pero como suele decirse: "Lo bueno si es breve, dos veces bueno".
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