La boda de Tolo y Catiana en Alcudia, Islas Baleares
Elegantes Invierno Rojo 2 profesionales
T&C
21 Feb, 2015El día de nuestra boda
¿Qué decir de ese maravilloso día? Sólo de recordarlo me emociono.
Ese gran día empieza el día que te regalan el anillo. Allí es cuando te subes a una nube que te absorbe en ese estado de nerviosismo y felicidad.
Luego viene el día más esperado de todas las mujeres, ¡el día que eliges el vestido! día en que te sientes como una auténtica princesa.
¡Cuidado turbulencias! En ese viaje sobre la nube llega una sensación agridulce. Tienes altibajos, por una parte estás muy contenta por tu trabajo como organizadora de bodas, ¡se te da fenomenal! Tus ideas van cogiendo forma, vas teniendo cada vez más cosas decididas... pero por otra parte están esos detalles que se te escapan de las manos, algunas cosas que pueden fallar, discusiones con tu futuro marido, algunos invitados quejicas, indecisión sobre el peinado....
Y entonces, el cielo se despeja y ahí estas tú en tu nube. Viendo cómo se acerca el gran día. Estás haciendo la maleta para ir a dormir a casa de tus padres la noche antes y te da por encender la tele y ver el tiempo. ¡Sorpresa! No solo da lluvia para el gran día… sino que también hay probabilidad de nieve. Pero un gran amigo me dijo: Preocúpate solo de las cosas que puedas controlar, por las demás… déjate llevar.
Seguir leyendo »7:00 ¡suena el despertador! ¡Empieza el gran día! en ese mismo instante se te dibuja una sonrisa que no puedes evitar ni disimular. Llega la peluquera y te deja divina, la familia se va poniendo guapa y llega el fotógrafo. Empieza tu sesión de fotos. Ahí es cuando empiezas a deslumbrar, ¡estás en tu salsa! Eres el centro d atención, eres una princesa. y ahí solo puedo decirte: ¡Disfruta el momento! , sales al jardín a continuar tu sesión de fotos y zas... el viento se lleva tu velo. ¡No pasa nada! es tu día, es tan solo una anécdota.
Te subes al coche que te llevará directa a la iglesia. El trayecto se hace larguísimo. Te mueres por llegar y de pronto, en la última curva ves de lejos la iglesia, bonita, adornada, y llena de invitados que te están esperando a ti y solo a ti, y sabes que entre ellos esta esa personita a la que tanto quieres que se convertirá en tu marido. Es ahí cuando te quedas blanca. Tu padre te mira y te pregunta como estas. Y tú no puedes ni contestar... simplemente te derrumbas y empiezas a llorar. Llorar de felicidad, de emoción, de nervios. Es el momento más emocionante para mí. Te pasan millones de cosas por la cabeza. Es un momento tan único y especial que no se puede describir con palabras. Tienes que vivirlo para entender lo que intento expresar.
Se acerca a ti, tan guapo, tan elegante, decidido. Te baja del coche, le pones la flor y él te regala un beso y te dice que no llores. (Y tú aun lloras más). Los invitados van entrando y te preparas para hacer la entrada triunfal. Antes entran las damas de honor acompañadas con sus padrinos. Ellas de rojo y ellos a conjunto. ¡Guapísimos todos! y luego tú, sin parar de llorar, sonríes a la gente y vas caminando hacia el altar. Llegas. Te sientas, y en ese momento, de la mano de tu pareja, desconectas del mundo, estás ausente de lo que está ocurriendo, observas todo lo que ocurre a tu alrededor, miras la gente, las flores, la iglesia, le miras a él, a la familia y piensas: aquí estoy. Ya ha llegado el día.
De repente, sientes que te aprietan la mano. Es hora de hablar. Sin dejar de llorar dices sí quiero y besas a tu marido. Durante ese lento y maravilloso beso desaparecen las lágrimas, los nervios, el miedo... entonces se te vuelve a dibujar una sonrisa, esta vez una amplia y despreocupada sonrisa. Estás radiante, brillas.¡Y es allí cuando empieza tu gran boda!
Fotos aquí, fotos allá, fotos con tíos, padrinos, sobrinos. Fotos con beso, fotos así y asá. Disfrutas. Estás feliz, estás con tu marido. Nada puede estropear ese momento. Llegas al banquete y sigues radiante, viendo a tu familia y amigos disfrutar, con bromas, gritando que te besen cada 2x3. Cortas la tarta, te manchas, te ríes. Llega el baile, lo disfrutas salga como salga. La gente baila, se anima bailas con ellos. Todo es maravilloso.
Entonces miras el reloj... son las 9 de la noche, el restaurante tiene que cerrar. Tú sigues en tu nube y no quieres bajar, las horas han pasado y no te has dado cuenta, por suerte los invitados han subido contigo a la nube y quieren más. Te llevan de fiesta, te invitan a cenar y acabas en un karaoke dándolo todo con el vestido negro, tuneado y con las converse rojas.
La noche termina en un diluvio, bailando bajo la lluvia. Tú y tu marido volvéis a casa subidos aún en vuestra nube que a medida que vas quedándote dormida ella va desapareciendo.
Otros Proveedores
Otras bodas en Islas Baleares
Ver todas
Inspírate con estas bodas
7 comentarios
Deja tu comentario