La boda de Tole y Bea en Zaragoza, Zaragoza

El día de nuestra boda

¡¡Fue el mejor día de nuestras vidas!! El día de antes tuvimos una cena de picoteo con todos los invitados que venían de fuera, por lo que nos sirvió para que casi todos se conocieran. Además, gracias a eso los nervios se me fueron. A pesar de ser una boda pequeña (83 invitados y 8 niños) en la preboda estuvimos ya como unos 60. Cuando desperté, estaba lloviendo y he de reconocer que me entró muchísimo bajón, ya que aún tenía la esperanza de al menos poder hacer la ceremonia al aire libre. Pero por lo menos estaba tranquila al saber que la finca tenía un plan B para que no nos mojáramos. A las 8 llegó mi madre junto con la peluquera y maquilladora y el fotógrafo al hotel, los cuales me animaron mucho y los nervios se me fueron. Después llegaron también mi hermana con mis sobrinos y mi tía, por lo que me ayudó mucho el estar rodeada de mi familia. No tardaron nada en peinarme y maquillarme, ya que lo hicieron tal cual que en la prueba por lo que me encantaba. Justo antes de vestirme el fotógrafo me dijo que el novio había tenido un imprevisto, pero que ya estaba solucionado. Y es que cuando fue a ponerse los zapatos los dos eran del mismo pie, además los había comprado en Madrid por lo que tuvo que ponerse los de su padre. Mi madre me ayudó a vestirme con un precioso vestido de Pronovias y ya todos se fueron hacia la finca excepto el padrino. Mientras esperaba con mi padre me empecé a poner un poco nerviosa porque quería llegar ya a la finca también para ver cómo estaba todo. Ya cuando llegué a la finca me volví a tranquilizar al ver que el plan B era también precioso y una vez empecé a andar hacia la ceremonia ya se me olvidó todo. Fue una ceremonia preciosa y muy emotiva, cada vez que levantaba la vista veía a los invitados llorando. Mi madre me sorprendió y junto a mi suegra nos regalaron unas palabras preciosas, también hicimos el ritual de arena y leímos nuestros votos. Me pasé la ceremonia llorando de emoción. En el cóctel probamos la mayoría de los entrantes y hubo dos cosas que triunfaron: la barra de mojitos que estaban buenísimos y la música en directo. La banda lo hizo genial y animó mucho durante algunos momentos parecía que era incluso ya la fiesta. Lo hicieron tan bien que la gente se acercó al final para felicitar a la cantante. Después pasamos al banquete, allí a la gente le encantaron los detalles de los invitados que había dejado en la mesa, muchos ni se creían que lo había hecho yo todo a mano. Y también les gustó mucho la comida, de segundo elegimos ternasco de Aragón, ya que muchos venían de fuera y es algo típico de mi ciudad. Durante el banquete dimos los regalos especiales, pero el momento más emotivo fue cuando le di el regalo a mi abuelo. Después comenzó la fiesta, empezamos con el baile nupcial y aunque no salió como lo habíamos ensayado, aun así quedó precioso. Las cosas que puse para la fiesta arrasaron. Hice mi propio glitter bar y también puse gafas, tattoos y palos led y no quedó ni uno al final de la noche. Otra cosa que les gustó a los invitados fue tanto el donut bar como el candy bar. A pesar de estar llenísimos de tanta comida a penas sobraron chuches. También pusimos fotomatón y los invitados dejaron las fotos con sus firmas. Estuvimos bailando hasta el final de la noche, el dj animó muchísimo la fiesta. Todo el mundo cuando terminó dijo que habían disfrutado muchísimo y que les encantó todo. Nosotros lo pasamos muy bien, disfrutamos cada segundo a pesar de los imprevistos, la lluvia ni me importó al final del día porque me lo pasé tan bien que ni siquiera me dio tiempo a pensar en eso. Fue una boda íntima, rodeados de familia y amigos, no invitamos a ningún compromiso, por eso creo que hubo tan buen ambiente. También gracias a todos los proveedores todos fueron muy profesionales y lo hicieron genial, no hubo ni un fallo. Sin duda, el mejor día de mi vida y aún me emociono al recordarlo.