La boda de Susana y Miguel en Huelva, Huelva

Una vez en el lugar donde haríamos toda la celebración me tocó esa espera inquietante que todo novio debe sentir hasta que llega ella. Me bajé del coche e hice la entrada hacia el altar al ritmo de una musiquilla que sonaba abrazado por los familiares y amigos que allí esperaban.

Al poco tiempo llegó la novia, y fue en ese justo momento, cuando ella se bajó del coche, que se abrió un hueco en el cielo por donde apareció el sol, apartando a las nubes no invitadas al evento.

La ceremonia íntima y totalmente personalizada con palabras de una de nuestras mejores amigas, divertida con discursos, algunos preparados y otros improvisados de familiares y amigos, fue para nosotros muy emotiva, con muchas risas y muchas lágrimas de emoción y de alegría.

Anécdotas que no pueden faltar como ¿dónde están los anillos? El niño los llevaba en la cestita, pero ¿dónde está la cestita? Más risas.

Beso final, aplausos, pétalos de rosas que vuelan, muchos vivan los novios.

Nos retiramos para hacernos el reportaje de fotos mientras comenzaba la recepción para los invitados. ¡Qué platos más ricos! y que hambre tenía ya, jaja

Entramos en salón para la comida formal brindis y beso.

Si las vistas del lugar son exquisitas, decir que las instalaciones, comidas, servicios y atención del personal del salón Aguas del Pino están totalmente a la altura esperada. Siempre esforzándose por que quedáramos a gusto.

La tarde avanzaba y comenzaba la fiesta. Baile nupcial latino con una bachata como a nosotros nos gusta, pero sin duda la rueda cubana de salsa, fue lo que más sorprendió a los invitados. Barra libre, canapés, degustación de dulces... Una fiesta en toda regla.

La música de Dj Jesús supo en cada momento pinchar los gustos de todos y cada uno de nuestros invitados y amenizar la velada. Pero si hay alguien que de verdad se encargó de hacer disfrutar a nuestros amigos, ese fue Fran Guil, de Sapaflash Fotomatón, no se te ocurra celebrar algo y olvidar de contratarlo es un imprescindible que no puede faltar en tu boda comunión o cualquier fiesta. Ameno, superdivertido, profesional y, además, que te llevas unas divertidas fotos a cada de recuerdo.

Éramos pocos los que quedamos al final de la tarde o principio de la noche y decidimos continuar la fiesta por la ciudad en algún local o bar.

En resumen considero que todas las decisiones tomadas fueron acertadas y conseguimos que todo saliera perfecto. El día se nos hizo muy, muy, corto.

Una vez más gracias a todos.

Un día inolvidable,

Miguel