La boda de Soraya y Romy en Las Palmas De Gran Canaria, Las Palmas

Mi padre seguía emocionado, nervioso y yo con los ojos acuosos mientras entraba muy emocionada y veía al fondo a la persona con la que había decidido pasar el resto de mis días.

Una vez allí junto a ella la abracé y la ermita se vino arriba con un cálido y emocionante aplauso.

El alcalde que nos casó fue bastante agradable, divertido y muy emotivo con uno de los días más importantes de nuestras vidas.

Mi hermano subió a leer un texto precioso que gustó a todo el mundo, recuerdo cómo le temblaba la mano mientras cogía el papel, pero sereno y firme fue capaz de leerlo de arriba abajo sin emocionarse, después antes de sentarte vino y nos dimos un abrazo, ¡justo y necesario por lo bien que lo había hecho!

En la entrega de los anillos al ser dos mujeres las alianzas eran iguales y mi chica y yo entre nervios cogimos la primera que pusimos, nos costó desatarla porque la habíamos atado bien para que no se perdiera, y al final resultó ser la que no era y entre risas explicamos que eran iguales y no supimos diferenciarlas, fue un momento divertido.

La firma de papeles fue algo muy emotivo porque de fondo sonaba una canción preciosa elegida por nosotras que emocionaría a cualquiera que escuchara su letra, ahora sí que sí estábamos firmando los papeles más importantes de nuestras vidas, los padrinos y nosotras.

Y acabado el acto nos declararon unidas en matrimonio, ese momento lo recuerdo como una bomba de sensaciones preciosas, maravillosas, fuera nervios y mucha más si cabe, emoción.

Salimos de la ermita con una canción alegre como el momento que estábamos viviendo y fuera nos esperaban nuestros familiares y amigos cargados de ¡arroz, arroz, y más arroz! Abrazos, sonrisas, lágrimas de felicidad, fotos, etc.

Después los invitados se fueron a la finca de la celebración recogidos por un autobús y nosotras a nuestro primer momento solas después de casadas al reportaje fotográfico, siempre había pensado que estaría algo incómoda o cortada cuando he visto a otros novios haciéndose sus foto, pero estuvimos las dos pletóricas, radiantes, nos salían las fotos naturales, los besos, las risas, las miradas, los fotógrafos nos felicitaron y estaban asombrados de tanta complicidad, nos reímos un montón con ellos y la hora y media de fotos pasó volando, entre fotos, posturas, paradas para beber agua, risas, etc.

Llegamos a la finca donde nos estaban esperando los invitados, con una canción muy especial para nosotras y muy emotiva por una perdida que habíamos sufrido recientemente, brindamos por cada uno de ellos y nos volvimos a fundir en abrazos y besos entre pompitas de jabón que cubrían en ese momento el cielo.

Cuando subimos arriba que ya la gente estaba sentada e hicimos la entrada al salón mi chica me sorprendió con una gitana cantándome de lo más bonito, entre muchas sonó "Ese toro enamorado de la luna" y como no podía faltar la salve rociera que me pone los pelos de punta cada vez que la escucho, salimos a marcarnos unos bailecitos y todo y seguidamente empezó el convite.

La comida estuvo bastante buena y la decoración no podía haber sido mejor, era precioso. Recuerdo en la mesa nupcial la palabra Upendi, que significa amor para nosotras, encima de una hoja de palma que quedó la mar de bonito.

La tarta estuvo buenísimas, fue muy gracioso el momento de cortar la tarta, hubo muchas coñas y muchas risas, solo nos comimos el trozito que cortamos allí nosotras.

Después entregamos los regalitos a cada invitado, nos pasamos por las mesas a ver qué tal estaba todo y tocaba la hora del baile, nosotras habíamos preparado un vídeo sorpresa para todos agradeciéndoles haber estado allí y mi chica creía que era lo que iba a pasar pero no, hay vino mi sorpresa, que fue un vídeo de un cuadro que le han pintado a mano de nuestra primera bobtail Kika que tuvimos que sacrificar con tan solo un añito y medio, y como no pude llevarlo desde Madrid pues me decidí a hacer un vídeo pasando por todos los invitados de Madrid uno a uno el supuesto cuadro hasta llegar a casa donde lo recibía yo y se lo enseñaba al menos en vídeo a la que en ese momento ya era mi mujer. Seguidamente sonó el vídeo sorpresa de los invitados, ¡ahora sí que sí!

A mitad del baile el gracioso carrito de perritos vino de recena, estaba para chuparse los dedos, buenísimo, y el trato, muy agradable.

Después, baile, baile y más baile hasta las 04:00 de la mañana, entre copas, perritos, refrescos, después nos vino a recoger un bus para llevarnos de nuevo al centro, nuestro día había terminado.

Este fue el maravilloso y precioso día de nuestra boda, sin duda, inolvidable, y sin duda, uno de los mejores días de nuestras vidas.

P.D. Después el domingo seguimos de fiesta con los vestidos en la playa, después nos bajamos al sur con las amigas y a día de hoy la boda sigue siendo una excusa para montar cualquier quedada o fiesta.