La boda de Sonia y Jonathan en Sant Boi De Llobregat, Barcelona

El día de nuestra boda

Solo tenemos palabras felices ya que fue uno de los mejores días de nuestra vida de largo con muchas emociones y muchos sentimientos. Comenzamos con el fotógrafo, vino a casa de mis padres donde yo me quedé a dormir, (bueno creo que fue más bien una siesta, porque me costó dormir la vida y encima me desperté muy temprano). Yo que soy poco amigo de las fotos me hicieron sentir superrelajado. Después a nuestra casa, donde estaba la novia, y más de lo mismo, genial. 10/10 tanto en lo personal, como en lo profesional. Después llego la ceremonia. Como es normal, el novio llegó primero y recibí a todos los invitados (pocos, pero buenos). De 86 invitados que éramos, solo pudieron venir 42. Un poco más tarde llegó la novia con su flamante coche nuevo (guapísima, elegante y con una sonrisa de oreja a oreja).

Aquí ya empecé a llorar, sonó su canción y cogida del brazo de padrino caminó lentamente hacia mí (no hay palabras que puedan expresar ese momento). Una vez ya en el altar los 2, nuestro maestro de ceremonias (otro crack) comenzó a contar cositas nuestras para que todos conocieran nuestra historia. Iba mezclando alguna vivencia nuestra con alguna bromilla para que no fuese todo tan soso y la verdad es que funcionó mucho, porque en ese momento se nos quitaron todos los nervios y pudimos desmelenarnos (excepto al leer los votos que eso fue un momento muy emocional, primero porque hablaron personas que nos sorprendieron y después porque nos dijeron unas cosas tan bonitas que acabó llorando hasta el maestro de ceremonias). Ya recién casados los invitados fueron al picoteo y nosotros con el fotógrafo a hacernos unas cuantas fotos.