La boda de Silvia y Javier en Granada, Granada

Aligeramos fotos, el fotógrafo se va y yo cuando salgo de casa me encuentro a mi súper chófer, ¡lo que me reí! Uno de mis amigos en su día me dijo que se iba a poner guantes y gorro para llevarme a la iglesia y me apareció con un sombrero y los guantes de la moto y risita nerviosa. Como llegamos pronto a la iglesia tuvimos que hacer hora en la esquina, llamé mi amiga para ver el novio qué hacía y empezaron a meterle prisa "Venga, que ya está la novia aquí".

Y llegó el momento, en la puerta de la iglesia del brazo de mi padre y con el paje más guapo del mundo delante empezó a sonar la música y empezamos a entrar, a mitad del pasillo otra vez a llorar y por fin llegué al altar y allí estaba él, más guapo que nunca, con una sonrisa que se le salía de la cara. La ceremonia pasó rapidísima y fue súper bonita, con anécdota incluida, a la hora de los votos en vez de decir “Yo, Silvia, te tomo a ti, Javier” dije “Yo, Javier, te tomo a ti” (los nervios me jugaron una mala pasada).

Luego fotos, salimos, arroz, besos, felicitaciones y nos fuimos a hacernos algunas fotos y de ahí al convite, subimos a la suite a hacernos algunas fotos y descansar un poco y ya bajamos a ver a nuestros invitados, más besos y abrazos.

La cena espectacular, la gente de Hotel Capitulaciones de Santa Fe se portó increíblemente bien, desde el primer momento hasta el último. Durante la cena hubo varias sorpresas, la 1ª mi cuñada nos regaló un cuadro de una foto nuestra dibujada a lápiz, precioso. Después hicimos un vídeo con fotos y un vídeo de agradecimiento, la gente se emocionó muchísimo. Después para entregar las ligas a mis 2 mejores amigas pusimos una canción, mi ya marido cogió a una de mis amigas, la sentó, me quitó la liga y yo se la puse a ella y luego con la otra, fue muy emotivo.

Terminamos la cena y llegó el gran momento, ¡¡el baile!! Habíamos preparado una coreografía de un rock&roll de Elvis Presley, el Jailhouse Rock, y yo andaba algo nerviosa porque no sabía cómo nos íbamos a apañar para bailarlo con el vestido, pero aunque nos equivocamos en un par de pasos salió bastante bien.

Después muchos bailes, risas y copas. Y otro día, otra vez a vestirse y a la Alhambra a hacernos foto.

Todo el mundo me lo decía, que lo disfrutara mucho, que pasaba volando, y es cierto, para mí fue un gran día y por lo que sé la gente se fue demasiado contenta.