La boda de Sergio y Gabriela en Isla, Cantabria
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30 Abr, 2023El día de nuestra boda
¿Qué cómo fue el día de nuestra boda?
Pues veréis, hacía dos meses que ya habíamos cerrado todo, nos quedaban las citas rutinarias, últimos arreglos del vestido, del traje, últimos retoques de los votos… Lo típico.
Sin embargo, el jueves 20 de abril, 10 días antes de la boda, tuve un accidente de tráfico que cambiaría todo.
Por favor, ni se os ocurra comentarme que por lo menos estoy viva y podría ser peor, porque eso ya lo sé yo y recordármelo de forma constante no es la solución para que esté mejor, cada quién tiene sus tiempos y yo aún no he asimilado todo así que dadme mi espacio para ello.
No obstante, esta entrada no va de dar pena, ni de cómo superar un accidente de tráfico, ni de segundas oportunidades, sino, que esto va para todas aquellas novias y novios cuadriculadas como yo a quienes el mundo se les viene encima no solo por problemas de salud, sino porque todo lo que han construido durante todos esos meses anteriores cambia en cuestión de días.
Seguir leyendo »En mi caso, fueron 10 días de una tras otra, empecemos por el accidente que una grúa vuelque tu coche en mitad de una cuneta a más de 90 km/h y que solo tengas traumatismos y contusiones es lo mejor que me podría haber pasado en cuanto a la gravedad del asunto. Sin embargo, para una novia como yo, a 10 días de casarse, eso me destrozo.
El vestido hecho a medida me era incómodo, me quedaba ajustado y no me sentía para nada radiante estaba bastante hinchada.
La lesión del pie izquierdo me hizo cambiar 4 días antes de la boda mis taconazos con los que practique no una sino 20 veces en casa, taconazos de los que me había enamorado para ese día por unas... Alpargatas.
Las pastillas me dormían y los dolores eran horribles, 24-48 horas de dolor que luego menguarían eso decían y no fue así.
El coche quedó destrozado, un coche que pensábamos disfrutar para volver a viajar todo este verano, ya que ahorrando para la boda no pudimos permitirnos muchos viajes. Un coche que a día de hoy seguimos pagando.
El tiempo no mejoraba y un mes de abril casi en su totalidad cálido daba, justo para su último día del mes nada más y nada menos que una tormenta eléctrica... Siendo la boda en exterior.
La decoración que pedí con 6 meses de antelación no pudo darse, ya que no habían florecido las flores que había pedido por nuestro maravilloso cambio climático.
Las bengalas por seguridad no pudieron ponerse cuando yo las quería, ni tirar los pétalos que me hubiesen gustado...
Si repito estoy viva, pero el hecho de sentirme incómoda adolorida y que todo por lo que has trabajado 9 meses se empiece a romper, te quita la ilusión de casarte y de volver a empezar con la boda... Todo el mundo venía de fuera ya tenía todo reservado y no podíamos echarnos para atrás o mejor dicho sí, pero me podía más el aguantarlo todo por ellos.
Llego el día y todo el mundo me preguntaba si estaba nerviosa, y no lo estaba solo deseaba que pasara el momento lo más rápido posible. Quería estar con mi pareja, nuestra nueva familia y amigos juntos, pero esa mañana mi única ilusión era que todo fuese un mal sueño y levantarme no sintiéndome tan rota.
Os prometo que no sé aún lo que pasó...
Llegue a la peluquería y me dejaron radiante sin antes haber probado ese peinado, pues nos habíamos entendido mal a 5 días de la boda y no sabía si habría o no extensiones para mí ese día.
Mi maquilladora me dejó como un pincel.
Las señoras alpargatas ya me entraban mejor y no me hacían tanto daño, aguante 9 horas con ellas.
El vestido aunque aún lo sentía incómodo ese día me hizo sentir radiante, sobre todo, al ver la cara de mi padre...
Las flores aunque no fueron explícitamente lo que pedí me encantaron, la floristería hizo muy bien su trabajo.
Por último, para guinda del pastel mi señor ya marido el amor de mi vida, mis amigos y nuestra familia nos dieron tanto amor que ese día no había dolor que se me resistiera... Amé mi boda, aunque no fue lo que soñé, pues fue mucho más bonita aún con mis santos dolores.
Mi conclusión de ella, es que soy idiota... Tenía que salir todo perfecto, todo cuadriculado pero dio igual el dolor, el malestar, la decoración... Dio igual todo.
Lo único verdaderamente importante es que ese día estuvieron a mi lado las personas con las que me imaginaba ayer, hoy y mañana. Así que antes de preparar tu boda soñada prepara la lista de invitados, a esas personas que quieres para el resto de tus días... Recuerda que lo importante es rodearte de gente que sepas que te dará la mano siempre.
Por cierto, ese día de tormenta eléctrica nos regaló una tregua y nos obsequió un sol radiante que nos acompañó todo el día y que nos ha seguido hasta nuestra luna de miel la cual aún con dolores disfruto relajada, feliz de tener a gente tan maravillosa en mi vida y en vida de hoy estar junto al mejor hombre que ha existido en este mundo.
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