La boda de Sebastián y Cristina en Huelva, Huelva

Nos casamos en la iglesia de San Pedro Apóstol, en Huelva capital, para mí la iglesia más bonita de la ciudad, y la que debería por justicia ser la catedral. Nos acompañó el trío de cuerda Amadeus (al que localizamos por aquí y mil gracias porque tocan que es gloria) y las fotos corrieron a cargo de Kayus (que ya estamos deseando ver el trabajo).

Pensé que me iba a poner a llorar al ver a la gente, pero no fue así, solo quería sonreír y mirarlos a todos y darle las gracias por estar allí. Eso sí, cuando me acerqué al altar y vi a Sebastián, el nudo en la garganta era impresionante, qué guapo estaba mi niño y con los ojillos llorosos pobrecillo.

Debido al calor monumental, decidimos no hacernos muchas fotos ese día para no llegar además de sucios, sudados por lo que llegamos antes que la gente al cóctel, nos metimos dentro con el aire acondicionado y salimos luego como si acabáramos de llegar 20 minutos más tarde.

Nuestra boda ha tenido una inspiración rural /vintage. Hemos hecho a mano muchas cosas tanto Sebastián como yo. Hicimos un seating en donde los hombres tenían una tarjeta con una llave vintage con su nombre y las mujeres un alfiler cada una con su nombre. Dimos también una postal con una foto nuestra y la letra de la canción del baile. Los regalitos también eran hechos a mano, los centros de mesa, etc. hasta los carritos candy los hicieron mi padre y Sebastián y mi madre cosió los tolditos, hicimos también un photocall diseñado por nosotros, y un vídeo que gustó muchísimo a nuestros familiares. Todas estas cositas han hecho que nuestra boda no sea un día concreto sino un año casi de ilusiones, proyectos, manualidades y recuerdos que compartir con la gente que nos ha echado una mano.

A lo único a lo que no nos atrevimos fue a la tarta (aunque más por tiempo y logística que por ganas) y bendita cobardía porque disfrutamos de una maravilla de tarta hecha por Cintita y sus Tartitas, los muñecos de boda los pintó mi hermana. No se me iba la sonrisa de la boda en toda la noche ni a Sebastián y la recompensa más grande era ver a toda nuestra gente allí, gente que incluso nos llegó a decir "es la mejor boda a la que he ido nunca". Sin duda para nosotros es la mejor boda del mundo.