La boda de Saul y Susana en Balmaseda, Vizcaya

Ese día decidí olvidarme de todo y solo disfrutar cada momento de la boda. La ceremonia fue superemotiva. Mil veces más de lo que me imaginaba. Se respiraba un ambiente de paz, de amor y alegría increíble. La magia del convento. Contratamos un tenor para la ceremonia y cantó precioso. Mi marido entró con la canción de Hallelujah y yo con la de Quisiera parar el tiempo, versión Joana Santos. Al vernos llorar de emoción a mi marido y a mí, nuestros peques vinieron directos hacia nosotros, lo que hizo que todo el mundo se emocionará mientras seguía cantando el tenor.

Hubo dos lecturas de dos de mis hermanos y una vez finalizada la boda, intercambio de anillos donde el tenor cantó Hasta mi final, hicimos la ceremonia de la arena y ya después firmamos (el alcalde se trasladó al hotel a casarnos y nos dejó personalizar todo el guion) y nos fuimos a hacer las fotos. Ya después pasamos al cóctel donde entramos con dos bengalas de humo (la canción no recuerdo) y al finalizar nos fuimos al banquete donde entramos con la canción de la película Coco (no recuerdo el nombre, pero es la última que canta “ay mi familia, oiga mi gente…”, fue espectacular). La gente no se lo esperaba y les encantó.

Y cuando acabamos de comer, hicimos el baile de novios que nos salió como un churro, la verdad, y ya después la barra libre hasta las 23.00h. A eso de las 21.30h contratamos servicio de barbacoa, así que con eso, y el candy bar, nos fuimos cenados jaja. Como teníamos alojamiento (los novios gratis y un descuento los invitados), nos quedamos prácticamente toda mi familia a dormir ahí y fue lo mejor que pudimos hacer, porque estábamos K.O.

Pues ese es un resumen de mi boda.