La boda de Saúl y Sandra en Benavente, Zamora
Rústicas Otoño Azul 4 profesionales
S&S
12 Oct, 2019El día de nuestra boda
Un día fantástico, para recordar:
Nos casamos en la iglesia del Carmen de Renueva en Benavente. La boda era de temática medieval y como no, lo suyo era llegar en una calesa tirada por dos preciosos caballos negros. Fui acompañada por mi madre, que era una de las madrinas (sí, 2 madrinas).
A la puerta de la iglesia estaba esperándome todos los invitados, fue espectacular. Y cuando llegó el momento... Comenzó el momento de la entrada: 2 niños llevaron una ofrenda floral, luego un amigo común portaba un estandarte con el escudo de armas del novio y por último el novio con la madrina. Cuando él llegó al altar... Las puertas de la iglesia se abrieron de par en par y entraron dos niñas con las alianzas y las arras, tras ellas mi primo con el estandarte con mi escudo de armas y por último, yo con mi madre y una amiga que me llevaba la cola de la capa, una capa azul con el borde de pelo blanco, era preciosa.
Cuando llegué al altar, me quitaron la capa y por primera vez los invitados pudieron ver el vestido completo, un "¡oh!" retumbó en la iglesia entera. El novio iba vestido con una casaca negra, pantalones negros y botas de caña alta. La casaca iba con unos dibujos dorados cosidos a mano y una capa negra con ribetes dorados y plumas en la zona del cuello que caían por la espalda. Yo iba vestida con un vestido de corte evasé blanco marfil, la espalda y la cola en color azul ducados, mangas de gasa y una capelina por encima de los hombros del mismo color azul ducado que la cola. La cola llevaba un bordado en hilo de plata con la imagen de las 3 lunas, y la capelina estrellas de 6 puntas. El vestido lo realizó mi madre (Pilar Pardal), que es modista, y el bordado de mi vestido lo realizaron en la tienda "Festones" en León.
Seguir leyendo »La misa fue impresionante, especialmente porque no fue la clásica misa de boda actual que todo el mundo conoce, fue una misa mozárabe, que es un rito más antiguo y muy bonito. La homilía la ofició Don Eloy, el párroco de Sevilla la Nueva, Madrid. Y el coro estaba formado por nuestros compañeros de la parroquia del Carmen, de Móstoles (Madrid).
Tras la misa, cuando salimos a la calle, ¡nos estaban esperando cuatro personas (2 amigos y 2 primos) con espadas enarboladas haciendo un arco! ¡Y nos tiraron arroz de colores! Menuda lluvia, jajaja. Nos subimos a la calesa de nuevo y nos fuimos a hacernos las fotos, el recorrido fue: el asilo de Benavente, la puerta de la iglesia de San Juan, la pradera y el paseo del caracol bajo el castillo-parador de Benavente.
Cuando acabamos nos dirigimos al Hotel Villa de Benavente, donde los invitados ya nos esperaban dentro, en el patio, donde se celebraba el cóctel. La decoración era una maravilla, era como estar inmersos en un verdadero mercado medieval. Había hidromiel, juegos medievales para los niños, una carpa que había decorado a forma de castillo, un chill out árabe, cerca de la piscina un in-memorian con todos los familiares que ya no estaban y el seating plan eran escudos vikingos... ¡Incluso los camareros se habían vestido de época para la ocasión! Yo alucinaba a cada paso.
Durante el cóctel, hubo música en directo del grupo Gálata. Son geniales, no dudéis si queréis una boda medieval en contratarlos, los invitados disfrutaron como críos de su música.
Cuando entramos al salón (primero los invitados y los novios los últimos) nos hicieron una entrada espectacular, y el brindis de entrada, ¡los novios lo hicimos con cuernos vikingos! La decoración de la sala era también espectacular, miraras a donde miraras había un detalle que ni te imaginabas que pudiera estar ahí, estandartes en las paredes, telas en el techo, flores silvestres, velas... La mesa principal estaba decorada con escudos y dragones... Impresionante es poco para describirlo.
La comida del Villa estaba deliciosa, no había nada que no estuviera rico, hojaldre de puerro con salsa de nécoras, langostinos braseados (que ya venían pelados, ¡todo un lujo!), lubina con setas, sorbete de limón con gyn tonic, solomillo de ternera de aliste con salsa de vino dulce... Se me hace la boca agua de recordarlo todo.
¡Y llega el momento de la tarta! cuando se abren las puertas y vemos que la tarta es un castillo quedamos alucinados en colores. De verdad que los chicos del hotel se lo curraron hasta límites insospechados. Las figuras de la tarta eran dos dragones que pedimos nosotros expresamente para que se parecieran a los novios. Y cortamos la tarta con la espada vikinga que llevaba el novio en todo momento encima, jajaja. La tarta era de chocolate blanco con infusionado de canela y helado de caramelo, delicioso. Tras cortar la tarta, pusimos un videoclip musical que grabamos el día de las fotos de la preboda y que quedó verdaderamente chulo. Era la canción Paz del disco Sueños del grupo Saurom.
Cuando ya estábamos comiendo la tarta, de repente empieza a sonar música, ¡y sorpresa! Empiezan a entrar por cuatro puertas distintas las chicas de danza del vientre de Zona Dance, de Benavente, bailando la danza de los 7 velos y después bailaron otra canción con panderetas y crótalos. Fue espectacular.
Durante los cafés dimos los regalos: una alfiler en forma de sol hecho con cristales, un puro de chocolate, un abrebotellas en forma de hacha vikinga y una botella de fragancias Platinvm a la que acompañaban un tarrito de mermelada artesanal, dos bombones de queso azul y bombones de chocolate negro con leche.
Para los niños dimos de recuerdo una bolsa gigante de chucherías, con algunos juguetes, una espada de goma espuma y un cuaderno de actividades de bodas.net junto con una caja de lapiceros. Tras esto el hotel puso un animador infantil y se llevaron a los niños a jugar, algo que nos gustó mucho porque los mantuvieron entretenidos toda la tarde y los padres se pudieron despreocupar y disfrutar a tope de todo lo que quedaba por venir después de la comida.
Entones, de repente volvieron a entrar a la sala las chicas de Zona Dance y nos regalaron un baile solo para los novios, precioso. Nos conmovió un montón, estábamos en una nube. Y llega el momento de salir al patio para continuar con la fiesta, la barra libre y el candy bar, ¡que se lo curraron otra vez un montón y era con forma de castillo! De verdad que no podíamos estar más contentos.
Según salimos al patio realizamos nuestra coreografía del baile nupcial, que también decidimos hacerlo poco tradicional. Escogimos la canción A deathless song de Parkway Drive, una versión que tienen con una chica cantando también, y yo la edité para que quedara con una duración de aproximadamente unos 2 minutos. La coreografía fue todo gracias a Melodi Teri, de la academia de Baile Fell Dance, en Tavernes de Valldigna.
Tras el baile, hice el lanzamiento del ramo de novia, que en este caso era una réplica del ramo original, y lo gracioso de todo esto es que lo cogió la abuela paterna del novio. Sí, sí, digno de ver. Y de repente, ¡la novia desapareció! Entonces las luces se apagaron en el patio, y volvieron a salir las chicas de Zona Dance a las escaleras del patio con unas velas en las manos. Empezó a sonar la música, y aparecí yo con un traje de danza del vientre absolutamente dorado y dos copas altas con velas en las manos y realicé con ellas una actuación. Y después ellas realizaron otra actuación con cuerdas. Los asistentes estaban alucinando con la sorpresa. ¡Y aún quedaba mucho más por ver!
Pasaron las horas entre baile y baile, barra libre y chucherías y pasarse por el photocall de Photoevents Zamora para hacer un poco el tonto. De repente, otra vez se va la luz y Zona Dance vuelve a aparecer para hacer otras dos actuaciones: la primera con unas alas de Isis de luces led, que fue precioso, y por último para finiquitar, una actuación con malabares de fuego. ¡Sin palabras!
La verdad es que la tanto los invitados como los trabajadores del hotel no dejaban de repetirnos que de todas las bodas a las que habían asistido, esta era con diferencia la mejor, que era insuperable, emotiva, divertida, impresionante y plagada de sorpresas.
Se me olvidó comentar, antes de acabar, que durante toda la boda para la gente joven, hicimos el juego de las parejas de bodas.net y dábamos de premio una caja de supervivencia de la boda. ¡Pensábamos que no iba a tener mucha acogida y al final funcionó a las mil maravillas! Todo el mundo participó y se lo pasó fantásticamente bien. Así que no dudéis en hacer cosas como estas en vuestras bodas, a lo mejor os lleváis una sorpresa.
Un recuerdo verdaderamente emocionante para la posteridad, tanto para nosotros como para todos los que nos acompañaron. Como nos gustaría volver atrás, a todos, ¡y volver a repetir!
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