La boda de Saray y Ivan en Montemayor Del Rio, Salamanca
Rústicas Otoño Morado 6 profesionales
S&I
08 Oct, 2022El día de nuestra boda
Usando las palabras que una considerable cantidad de invitados nos dijeron, podemos definir nuestra boda como: "¡una pasada!"…
Ponemos en situación, organizamos una boda temática fantástico-medieval, no solo para nosotros (que sabíamos que la disfrutaríamos), sino para que todos los invitados lo pasaran como nunca. Ceremonia, ágape, banquete y baile se llevó a cabo en un lugar de ensueño: el Castillo de Montemayor del Río, el cual cuenta con un restaurante en su interior. No comentaré como mi ahora mujer y yo nos fuimos preparando ese día en los lugares seleccionados junto a los familiares y personas elegidas para ayudarnos, algo muy emotivo.
Comenzaré el relato con la llegada de los invitados, ataviados con ropajes fantástico-medievales fueron recibidos por seres mitológicos y danzarines, que hicieron su espera amena y divertida, además de darles una pulsera de "experiencia fantástico medieval" (una pequeña broma de los consuegros con la novia sobre cómo nuestra boda podía parecer una experiencia digna de un parque temático), esto ya apuntaba que la boda no era nada habitual.
Seguir leyendo »A la hora prevista, comenzaba a sonar la música en directo de Turdion Medieval con el tema central de "Juego de tronos", con el que salían por la puerta del castillo los músicos, el oficiante, mi padre y mi suegra camino de la jaima donde se celebraría nuestra unión. Desde dentro del castillo se escuchaban los comentarios sorprendidos de los invitados. La madrina y yo salimos del castillo al ritmo del tema de Skyrim "Dragonborn", ver a toda la gente vestida de temática medieval fue impresionante. Realizamos a medio camino una coreografía con arco-flecha y espada, que dejó a los invitados sorprendidos, y dándose cuenta de que lo que estaba por venir iba a ser único e irrepetible. Llegamos a la jaima de la celebración dispuestos a esperar la llegada de la novia... No se hizo esperar, el cuerno vikingo del primo de la novia significaba que está ya estaba llegando. Sorpresa para los invitados, puesto que la novia llegaba desde fuera del castillo, acompañada del padrino a ritmo de "Valhalla calling me" (versión metal). Justo antes de cruzar el puente levadizo, varias amigas de la novia salieron a su encuentro con espadas y arcos, pero cuando el padrino y la novia empuñaron el martillo y el hacha enana respectivamente, se les hizo pasillo (ambos dejaron sus armas a dos invitados de gran tamaño confabulados con nosotros). Justo en el puente levadizo, nuestro sobrino de 4 años entregó a la novia su ramo, mientras a ritmo de "concerning hobbits" fueron llegando hasta la jaima donde comenzó la ceremonia a cargo del maestro de las runas.
Tras la intervención de algunos amigos y familiares, y dedicarnos unas palabras mutuas, junto al alcalde y nuestras testigos firmamos los papeles que nos convertían oficialmente en matrimonio. Solo restaba intercambiarnos los anillos, que llegaron volando transportados por un águila, dejando a los invitados sorprendidos de nuevo. Terminamos la ceremonia con un apasionado beso mientras sonaba "The Bridge of Khazad Dûm", y abrimos la comitiva que nos llevaría al interior del castillo para seguir con el ágape.
Justo al pasar las puertas del castillo nos colocamos para que la gente pudiera darnos la enhorabuena y pasaran hacia el patio de armas, donde aparte de aperitivo y bebida, les esperaban varias sorpresas más. Una vez todos los invitados estaban en el patio de armas, la novia procedió a quitarse la capa con la que había estado en la ceremonia y mostrar el vestido propiamente.
Entramos al ágape entre vítores y aplausos. Dedicamos unas palabras para todos ellos y un brindis, así dimos comienzo a los festejos. Comida, bebida y la música de Turdion Medieval con su grandioso repertorio inundaron el lugar (muchísimas gracias a este estupendo grupo por ser partícipes de este gran día, lo disfrutamos tanto como vosotros lo hicisteis con nosotros). Las aves rapaces volvieron a hacer su aparición, volando sobre nosotros y permitiendo que todos los invitados se hicieron fotos con ellas (muchísimas gracias a los cetreros por su amabilidad y dedicación, y gracias a Las Dos Torres por traerlos). Las caras de los invitados nos decían que estaban encantados con todo lo que veían y disfrutaban, más aún cuando criaturas mitológicas, malabaristas con fuego y danzarines se mezclaron con ellos y desplegaron todo su magnetismo y simpatía. Incluso nuestros padres estaban entusiasmados y boquiabiertos (ellos no sabían lo que habíamos preparado, puesto que lo llevamos todo en el máximo secreto para que fuera sorpresa para todos).
Poco a poco pasaba el tiempo y el ágape debía dar paso al banquete. Con la ayuda de nuestra maravillosa maestra de ceremonias, Laura, de Las Dos Torres, que nos siguió en todas nuestras locuras, pudimos prepararnos para lo que venía a continuación (mil gracias por todo lo que habéis hecho, por vuestro apoyo, dedicación, simpática y por todo lo que organizasteis, decorasteis, maquillasteis y coordinasteis, tenéis un hueco en nuestros corazones).
Cuando todos los invitados estuvieron en el gran salón, hicimos nuestra entrada a ritmo de "the ancient forest of elves" recorriendo todo el comedor empapándonos de la alegría de la gente que compartía este día con nosotros. Antes de sentarnos, quedaba una pequeña excentricidad: cogiendo una lira de la mesa nupcial, y como buen bardo, comenzamos a cantar "toss a Coín to your Witcher" con alguna modificación para que mi quería guerrera pudiera coger una vez más su hacha. Los invitados corearon la canción, convirtiéndolo en un momento muy emotivo.
Comenzó el banquete, y qué banquete, todo perfecto, tal y como lo habíamos pensado, con un servicio maravilloso, unos camareros profesionales y que se compenetraron a la perfección con los invitados, siempre atentos al menor detalle (a Santi y Ana, del restaurante del castillo, infinitas gracias por hacer posible un día sin igual, desde el refrigerio en la ceremonia, el ágape variado y lleno de delicias, el banquete insuperable, la barra libre y la recena llena de pequeños y apetecibles bocados, hasta el servicio que nos prestasteis en cada momento, sois geniales).
Entre plato y plato, también hicieron aparición malabaristas, seres de los bosques que nos deleitaron con juegos y risas, participando todos los invitados que quisieron (y fueron muchos), además que para los más pequeños hubo animación especial, con búsqueda del tesoro y juegos medievales, esto hizo que no quisieran que el banquete finalizase y que se escucharan comentarios por parte de algunos invitados: "después de esta boda cualquiera a la que vaya me va a parecer un aburrimiento".
Nosotros también aprovechamos algunos momentos para entregar regalos a personas muy especiales para nosotros, teniendo momentos muy emotivos. La tarta llegó al ritmo de Scorpions "No one likes you", y la espada con la que la cortaríamos la traía mi hermana, la protectora del reino. Postre exquisito, y entre abrazos, besos y muchas alabanzas fuimos repartiendo el tesoro del dragón entre todos los asistentes: botella de hidromiel y moneda conmemorativa para los adultos; y espadas de madera y nombramiento como protectores/as del reino a los pequeños/as.
Tan solo quedaba el baile y el fin de fiesta. Aquí volvimos a sorprender a los invitados con una coreografía donde los novios, familiares y amigos participaron para el disfrute de todos y dejando con ganas de continuar con la fiesta... Pero... ¡Sopresa! Nuestros amigos nos tenían algo preparado, habían contratado a Soul Mate (grupo heavy español) para que cantara en directo. Así que con canciones míticas del heavy internacional, bebimos, cantamos, bailamos, nos reímos y abrazamos, viendo cómo grandes y pequeños disfrutaban (no se esperaban que el heavy metal fuera la música dominante y esto agradó a muchos de nuestros familiares y amigos).
La luna llena nos iluminó mientras las canciones se sucedían y el gran día llegaba a su fin... Nosotros lo disfrutamos y seguimos haciéndolo al hablar con la gente y ver las fotos que nos van llegando, pero al ver las caras de los invitados y como aún hoy siguen hablando de lo que ese día vivieron, sabemos que conseguimos nuestro propósito: no solo casarnos y celebrarlo con nuestros seres queridos, sino que fuera algo único, irrepetible y que se mantuviera en la mente de los que lo vivieron por mucho tiempo.
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