La boda de Sarai y Seben en Las Palmas De Gran Canaria, Las Palmas
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28 Mar, 2014El día de nuestra boda
28 de marzo de 2014, 08:15h. Me despierto en mi antigua cama en casa de mis padres después de haber dormido apenas cinco horas tras una noche de fiesta con amigos.
A lo largo de la mañana, estuve entretenida con varias gestiones: recoger el ramo, recoger el coche de alquiler para la boda; mientras, mi novio se había quedado en nuestro piso y estaba ocupado con la limpieza y organización antes de que llegaran todos los demás. Sin tiempo para nervios, cuando se hicieron las 16.30h y sonó el timbre empecé a temblar; eran el peluquero y la maquilladora y ya a partir de ahí todo me empezó a dar vueltas. De nosotros dos yo soy la calma y la serenidad y él es el nervioso e inquieto pero ese día nos cambiamos los papeles.
Nos casamos a las 19:30h en la antigua Ermita del Pueblo Canario, a veinte minutos de casa, y eran las 19:10 y aún estábamos mi hermana, la maquilladora y yo terminando de colocarme el vestido. Fueron las tres horas más rápidas de mi vida.
Cuando por fin llegamos yo ya había perdido la noción del tiempo, nos organizaron para disponernos a entrar y me situaron junto a mi padrino y suegro detrás de mi entonces novio y su madre. Estaba tan histérica que ni cuenta me había dado de que mi novio estaba a unos pocos metros delante de mí y fue percatarme de ello y verle con el traje -de espaldas, eso sí y empezar a emocionarme, estaba más que guapísimo. Siempre confío en su buen gusto y para esta ocasión no iba a ser menos.
Seguir leyendo »Empezó a sonar "El anillo y la flor" de Luis Fonsi y él empezó a andar hacia nuestros asientos; cuando nos dieron la señal, empezamos a caminar mi suegro y yo. Y hoy me doy cuenta de que caminamos como quien pasea por la calle a un ritmo, digamos, ligerito. Me sorprende cómo le dio tiempo al fotógrafo a hacerme fotos.
Cuando llegué a los asientos y me encontré de frente con mi amor, fue espectacular. Meses preparando todo, nervios por saber si le gustaría mi vestido, el peinado, el maquillaje, etc. Me derretí cuando me dijo lo guapa que estaba. Y ya ahí, debí entrar en shock porque lo recuerdo todo muy borroso. Estaba nerviosísima, jamás había estado tan nerviosa, me temblaban hasta las pestañas postizas y mi todavía novio intentaba calmarme cogiéndome la mano y acariciándome. Menos mal que la ceremonia duró poquito. Intercambiamos anillos, no sin las anécdotas de suegra que no consigue abrir el clutch donde los guardaba y de novio que no atina a colocar el anillo a su novia.
Una vez declarados unidos en matrimonio y que el concejal nos dijera que podíamos besarnos si lo deseábamos -ven para acá cariño, que me muero por tus besos- salimos al ritmo de "Alguien" de Beatriz Luengo y ya dejé por fin de temblar.
Nos hicimos algunas fotos en un parque que hay justo al lado y al terminar fuimos hacia la cueva donde celebramos la boda y ya nos esperaban los invitados, en Las Grutas de Artiles en Santa Brígida.
La celebración fue perfecta, pudimos comer algo y enseguida empezamos con los momentos “bodiles”: repartir detalles -figurita con tarjeta de Unicef y botellas de vino para todos sin distinción-, las fotos con los invitados, momento tarta, momento ramo con intento fallido incluido, momento liga -al soltero de oro de la fiesta, un “compi” de mi marido-. Hubo, también, un momento muy especial, al comienzo de la celebración con el vídeo que había preparado con fotografías nuestras, de la familia, amigos y, muy especialmente, de mi padre que falleció hace ya un año y siete meses. Particularmente mis tíos, sus hermanos, se emocionaron al ver las fotos que mostré. Para mi marido era una sorpresa y le encantó el detalle.
Y al final, llegó el momento baile: lo abrimos con una súper lenta -tanto que mientras la bailábamos le dije a mi ya marido que no la recordaba tan lenta- de Pedro Capó "Si tú me lo pides" y cambiamos a los pocos segundos a otra, más de nuestro estilo y marchosa de Yotuel "Me gusta" con la que aprovechamos para pedir la colaboración de todos y empezar la fiesta, ¡me lo pasé de vicio!
Uno de mis temores era aburrir y si la gente se lo pasó la mitad de bien que lo hice, me doy por satisfecha. Muchos invitados nos reconocieron la buena organización, la calidad de la comida, lo guapa que iba la novia ¡y el novio!
Y éste es el súper resumen de nuestra boda. En los foros leí muchas preguntas de "qué cambiarías, etc", me gustaría haber estado menos nerviosa en la ceremonia, pero ¿qué es una boda sin nervios?
Os dejo algunas fotos de la fiesta que me enviaron algunos invitados y del fotógrafo que me ha ido adelantando.
Besos a todas, relajaos y disfrutad de la boda, en particular, y la vida en general.
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