La boda de Sarai y David en Cádiz, Cádiz
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S&D
21 Jul, 2012El día de nuestra boda
Empezaré por el día 21/07/2012, ¡mi gran día! Ese día me levanté por la mañana súper temprano, porque ya no podía dormir más. Me tiré desde las 8 y pico hasta las 10 menos algo en el salón con mi padre y mi madre. Ella iba primero a la peluquería y luego íbamos mi hermana y yo. Resulta que, cuando se fue mi hermana, me llama mi madre y me dice que una mujer del portal de al lado de casa de mis padres ¡también se casaba en mi día y a la misma hora! ¡Qué casualidad, el mismo día y a la misma hora, pero en diferente iglesia. Llegó la hora de irme con mi hermana a la peluquería, pero antes de ir nos fuimos a una tienda de alimentación, porque no habíamos desayunado nada con la prisa de llegar a tiempo. Compramos algo y nos fuimos derechitas a la “pelu”. Mi madre estaba casi lista y la siguiente era mi hermana, porque a mí me dejaba para el final, porque tengo el pelo muy largo y mucha cantidad de pelo, ya lo sabéis de sobra más de una por aquí que me habéis visto en fotos. Yo seguía muy tranquila la verdad, eso sí mis primos y primas estaban dándome la lata por el móvil. Cuando llegó el momento de peinarme, la peluquera me peinaba y yo seguía a mi bola chateando con mi prima, hasta que tuve que dejarlo, porque ya me tenía que hacer el semi recogido. Terminé a las 13:00, más o menos, en la peluquería y me fui a casa de mi madre con mi hermana, porque mi padre nos recogió con su coche para no tener que ir andando y destrozarme el peinado con el viento, porque hacia un poquito la verdad. En el trayecto de la “pelu” a casa, mi padre me dice que allí me habían dejado un regalo. No me esperaba nada, la verdad. Cuando llegamos a casa, mi madre me dijo que tenía algo en el cuarto esperándome. Fui hasta allí y encima de la cama había una rosa roja con algo escrito en los pétalos: "te quiero" y una nota aparte entre las hojas y el plástico de la rosa que decía: "Hola cielo, estoy deseando ser tu marido, así que toma aire y tranquila, que nos vemos a las 18:30. Otra cosa, no me hagas esperar mucho”. Me hizo una gracia que me dio la risa floja, tuvo un bonito detalle para animarme más la mañana. Cuando terminamos de almorzar, mi maquilladora, que es una prima de mi padre llegó a las 15:30 para empezar conmigo y luego continuar con mi madre y mi hermana. Me tuve que duchar corriendo y me cogió un poco el toro. Cuando salí de la ducha, sonó el timbre de casa y se me ocurrió abrir a mí. Cuando abrí, era un primo de mi padre que es muy joven, tendrá unos veintitantos años, y no me dijo ni hola y se puso de rodillas con el cachondeo y me dijo: “Prima, por qué no dejas al novio plantado y te casas conmigo”. Qué arte tuvo, me cansé de reír y yo estaba peinada con el semi recogido y con un vestido de verano y en chanclas muy cómoda, porque me sentía mejor así, y ese primo estuvo casi toda la tarde por mi casa.
Seguir leyendo »Me cambié en mi habitación con la ayuda de mi madre. Me puse lencería de novia y mi bata para no mancharme de maquillaje y mis zapatillas de novia, me lo regaló todo mi madre. La maquilladora comenzó y mi hermana me hizo alguna foto mientras me maquillaba, porque la fotógrafa no llegaba hasta una hora antes de irme. Gracias a mi hermana tengo ese recuerdo en bata. Ahora viene lo gracioso: cuando acabé de maquillarme, volvieron a la carga mis vecinas buscándome, yo desde la habitación grité: “¡no puedo salir, un momento, estoy desnuda! Tuve que decir eso para que no abrieran y vieran el vestido y demás cosa. Salí en bata y mi primo volvía a estar allí y me dijo: “me hubieras dejado entrar para verte”. Cuando me vieron maquillada, se quedaron boquiabiertos y me dijeron lo guapa que estaba. Yo les dije con la risa floja: ¡sí, claro!, habéis visto que mona estoy en bata y zapatillas y bien peinada y maquillada. Las vecinas se fueron a su casa y me dejaron un rato tranquila y yo seguí preparándome poco a poco.
Comencé por ponerme el liguero, medias y ligas y me tire media hora o más con todo puesto, menos tacones, vestido y velo, dando vueltas por la casa, esperado que llegara la peluquera para colocarme el velo y ayudarme con el vestido y el cancán (entre la maquilladora y ella me ayudaron muy bien). Llegó el momento de ponerme el vestido y demás. Cuando estaba lista, llegó la fotógrafa a las 17:45 para hacerme el reportaje en casa y, cuando entró a la habitación de mi madre y me vio allí sola, por unos segundos se quedó como diciendo “¡¿esa eres tú?! Me dijo que estaba preciosa, que no me reconocía por cómo iba vestida y le encantó el vestido y el velo. Me hizo fotos en la habitación y luego en el salón con mis padres y mi hermana. 15 minutos antes de salir de casa, vuelve a llegar mi primo, el que estuvo toda la tarde allí, y yo estaba en el salón, cuando me vio vestida de blanco me dijo: “pareces una princesa, estas preciosa, tu novio (aún había k decir novio) se quedará impresionado. La verdad es que nadie se esperaba que iría así, porque yo siempre decía que iba a ir con muchos volantes y sin velo y mi novio se lo creyó y todo. ¡Esta gran jugada me salió de perlas! Llegó la hora de bajar a la calle y mi maquilladora iba detrás de mí en la escaleras, porque allí no tienen ascensor, y ella me iba ayudando a bajar poco a poco porque la cola y el velo son muy largas y me costaba bajar entre tanto tul. Al llegar al portal, mi hermana desde fuera me hizo un pequeño vídeo, porque mi ya marido quería verme salir de casa. Por supuesto su puesto que en la calle no faltaron las cotillas de la barriada. La gente estaba afuera esperando que saliéramos las dos novias, la del otro portal y yo. Salí yo antes y todas viniendo a mi puerta para verme salir y todo el mundo se quedó flipando. Me subí poco a poco al coche. Mi chófer era un tío de mi madre y me vio y me dijo que iba muy guapa. Yo me reía, porque cada vez que me decían lo guapa que estaba me ponía roja y me reía. Cogimos un camino no tan corto para llegar unos minutos tarde, pero mi novio ya llevaba esperándome desde las 18:20 y yo llegué a las 18:35. Llegué a la puerta de la iglesia y me puse nerviosa, me bajé del coche y en un escalón de la iglesia, ¡adivinad que me pasó! ¡Se me cayó el velo! A unos metros de la puerta de la iglesia y me quedé en shock. Unas mujeres que estaban allí y mis damas (mi hermana y mi cuñada) me lo pusieron corriendo con algunas horquillas, pero yo en ese momento me quedé ciega perdida. No veía a nadie de mi alrededor, me agarré del brazo de mi padre y seguimos para adelante y cuando llegué al principio del pasillo de la iglesia yo iba sonriendo, pero con muchos nervios por culpa del velo. La gracia es que solo veía el pasillo y no veía a nadie en los bancos. Al llegar al altar vi a mi novio esperándome como siempre soñé y él se bajó del altar y mi padre me paso a mi novio y juntos llegamos al altar. Me encantó su mirada cuando me vio aparecer. Me dijo que estaba preciosa y yo le dije que él también estaba muy guapo bueno estamos en el altar. El cura, cuando se acercó a mí no paraba de mirarme y de decirme lo guapa que iba, y repetidas veces y yo me reía más. Al final estuve casi todo el rato en la iglesia sonriendo y riendo, porque al hablar por el micrófono a mí me daba risa. La ceremonia fue corta, porque así lo quisimos, porque hacía calor. Cuando íbamos por el pasillo los dos bien agarraditos, le dije a mi ya marido: “¡prepárate que nos espera una buena en la calle con el arroz. No veas la cantidad de arroz que nos tiraron. Tuve que sacarme arroz del escote, porque me entró por dentro del vestido.
Cuando nos fuimos de la iglesia, nos dirigimos al hotel donde nos regalaban la noche de bodas y allí mismo nos hicimos el reportaje de fotos. La verdad que aquel lugar era muy bonito para los reportajes de boda. Yo he quedado encantada con mis fotos. Lo pasamos maravillosamente haciéndonos las fotos y recorriendo todo el hotel, ¡pasamos hasta por la piscina del hotel, chicas! Y había gente bañándose. Paseé vergüenza, pero a la vez me sentía súper feliz. Después del reportaje de boda, nos fuimos al lugar de la celebración y, una vez llegamos allí, tuvimos que esperar unos momentos para que la entrada con el coche fuera súper especial. El dueño lo hizo todo fantástico, nos pusieron la música para entrar (la de la película Titanic) y la gente estaba al fondo tras una alfombra roja, donde nos esperaban todos reunidos. Al bajar del coche para pasar por la alfombra roja, empezaron a lanzar fuegos artificiales, todo fue muy bonito y emotivo. Chicas, me sigo emocionando todavía cada vez que lo recuerdo. Brindamos y nos besamos. Entonces comenzó la copa de bienvenida al aire libre. Los invitados se hicieron muchas fotos con nosotros hasta que llegó el momento en que todos tenían que pasar al salón para esperar nuestra gran entrada. Cuando estuvieron todos dentro, nosotros entramos por una puerta que nos dirigía al mismo escenario para que todos nos vieran entrar y brindar. Cuando nos sentamos en la mesa nupcial, comenzó la música para la cena, aunque ya más de una sabrá que ese día los novios apenas comemos por los nervios. Después de la cena llegó el momento de dar unos regalos. Los camareros nos llevaron a una zona donde nadie nos veía para coger unos ramos de flores para darles las sorpresas a nuestras madres y abuelas. En la zona de baile colocaron a todas ellas para que estuvieran todas juntas y que todos vieran la sorpresa. Cuando comenzó a sonar la música, apagaron las luces y caminamos hacia ellas con sus ramos de flores. Pobrecitas, cómo lloraban de la emoción. Se me ponen los pelos de punta al revivir estos momentos. Luego el dj llamó a nuestros padres para darles un regalo y agradecerles todo lo que habían hecho. Después llamaron a nuestras madres para darles otro regalo que no se esperaban. ¡Qué de emociones madre mía! Un poco más y salimos en barca. Cuando dimos todas las sorpresas, antes de partir la tarta, hicimos una pequeña sorpresa a mis damas y damitas de honor. No se lo esperaban, le entregamos a las dos más mayores un ramo de chucherías y, a las peques, otros dos más pequeñitos. Se volvieron locas de contentas. Luego partimos la tarta e hicimos las fotos. Qué rica estaba. Después, los camareros repartieron porciones en las mesas y desde el escenario estaban mi cuñada y mi hermana, que nos dedicaron unas palabras. Fue muy bonito. Una vez hecho todo, ¡llego el gran momento! ¡El baile! Abrimos el baile con nuestra canción, “Te amaré” de Marc Anthony, fue un momento muy especial al ser nuestro primer baile como marido y mujer. Después de ese momentazo, mis dos damas mayores y yo dimos un baile sorpresa. Bailamos las tres la canción de “Danza Koduro”. Todos fliparon y, en mitad del baile, sacamos a todos y empezaron a bailar. ¡Nos salió todo perfecto! Fue un día inolvidable. Después de un año organizando todo paso por paso y con buena letra, mi boda salió perfecta, y no lo digo porque sea la mía, sino por que vi a todos tan contentos y ¡además tuve unas críticas buenísimas! La fotógrafa me dijo que ha ido a muchas bodas en su carrera, pero que esta fue la más organizada y emotiva que ha visto jamás. Por cierto, después de la luna de miel, ¡nos hicimos un reportaje en la playa! He aprovechado al máximo el vestido y estoy súper contenta. ¡Espero que os haya gustado mi historia chicas!
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