La boda de Santi y Sandra en Navacepedilla De Corneja, Ávila
En el campo Primavera Granate 3 profesionales
S&S
23 May, 2015El día de nuestra boda
Aquí os cuento mi boda: empezamos con el fin de semana, en el pueblo natal de mi madre, y el viernes ya empezaron a llegar invitados y empezó el caos.
El viernes cenamos todos los que estábamos en casa de mi madre y, luego nos fuimos a dormir a una casa rural donde estaban casi todos los amigos. Nosotros estábamos agotados y después de una copa nos fuimos a la cama, ya que aunque la boda fuera por la tarde había mogollón de cosas que hacer.
Al día siguiente empezó todo, todos corriendo y sobre las 3 de la tarde empecé a arreglarme. Llegó la chica que me maquillaba, justo después de ponerme la lencería, así que me maquilló. Me ayudó a vestirme mi madre y una amiga de la familia y yo me peiné. A todo esto, el profesional Mikel Aguiar, que fue nuestro fotógrafo, ya estaba tirando fotos.
Momentos después, mi madre me colocó la cola y bajé las escaleras. Ahí estaba mi padre esperándome, con cara de: “madre, mi hija se casa”, y bueno, ahí salieron mis primeras lágrimas. Me pusieron mi capa, me dieron el ramo que mi tía me había hecho y fue el momento de salir de casa. En cuanto salí, todo fueron gritos: “¡Guapa, que viva la novia!”, y para mi sorpresa, todo el mundo iba vestido como nosotros dijimos en la invitación. Es decir, indumentaria medieval, fue fantástico y otra vez lagrimitas.
Seguir leyendo »Llegaron los caballos y mi hija y yo nos montamos en ellos. Acto seguido, empezamos el camino al altar. A mitad de camino, los invitados continuaron, y nosotras esperamos a que nos dieran la señal para entrar. Lo que nadie sabía es que la novia se iba a dar la vuelta e iba a salir corriendo con el caballo (lo que a algunos asustó y a otros hizo reír).
Después entramos y fue el momento de ver a el novio en el altar, con cara de… ¡no sé cómo explicarlo!, digamos que con cara de felicidad. Mi hermana me dio el ramo y mi padre me cogió del brazo, y con mi pequeña delante subimos al altar. Ahí empezó la ceremonia que fue mixta, es decir, con un poquito de gracia y bromas, e hicimos el rito de la manta y el de sellado de manos. Después dije unas palabras, ya que la madre de mi marido murió cuando él era pequeño, y mi padrino que iba a ser mi abuelo, tampoco estaba. En su honor y como recuerdo soltamos dos palomas blancas, después unos discurso de los invitados y la llegada de los anillos en águila. ¡Vivan los novios! , y beso de casados con un pasillo de invitados cada uno con espada y pétalos de rosas y nosotros debajo, fue precioso.
Ahora el banquete; primero el pica pica, que estaba buenísimo, y al lado una jaima con un montón de rapaces. Mientras comíamos nos amenizaban los actores de juglars de la bota, con un zancudo, una bailarina y diversas escenificaciones. Para terminar, también tuvimos una exhibición de cetrería fantástica con las aves entre los invitados (que por cierto, cualquier invitado podía coger las rapaces).
Después vino el banquete, una vez sentados los invitados, los cuales habían buscado su sitio en un mapa antiguo que estaba al lado del libro de firmas medieval y una verdadera pluma con la que escribir. Entramos nosotros: mí ahora marido, con el búho real, y yo, con el águila. Todos aplaudieron y justo antes de que empezaran a servir la comida sonó una música con las que toda mi familia se levantó y empezó a bailar un baile medieval que habían preparado. Luego, se sirvió la comida que consistía en carne y ensalada. Durante todo este tiempo de cena los juglares de la bota amenizaron la cena. Después llegó el pastel, que lo cortamos con la espada de mi padre, y la de mi marido.
Acto seguido, en el momento del café, comenzaron juegos medievales (tirada de soga, carrera de mujeres, y fue súper divertido). Concluimos la cena con un espectáculo de malabares y escupe fuego, ¡espectacular! Y, seguidamente, dos videos: uno en agradecimiento a las familias y otro que nos regaló mi hermana, súper emotivo. Una vez terminamos dimos regalo a los niños, que fue una tacita de dibujos y abrimos el baile con la sinfónica de “Nothing else matters”, de metálica. La verdad, fue casi todo el estilo de música que predominó en todo el baile, ya que la mayoría de la gente era de rock. Con esto se abrió la barra libre de un montón de bebidas y un Candy bar que preparamos (que tubo muchísimo éxito). Hubo baile de novios, de novios y princesas, familiares, amigos, padres. La verdad, fue todo genial y a las 02:30 de la madrugada acabó con toda la gente contentísima y todos a la cama.
Agradecer a Masía Medieval, que se encargó de la decoración y de todo el banquete, incluida la barra libre (que todo el mundo me dijo que no habían comido tan bien en una boda nunca, así que genial). También agradecer a juglares de la bota, que fue fantástico lo que amenizaron durante la boda. El equipo de la cetrería, que fue espectacular, y a ese fotógrafo, Mikel Aguiar, que lo dio todo por sacar unas fotos fantásticas. A todo este equipo, lo recomiendo 100%, ya que son súper profesionales, fantásticos y hacen tu sueño realidad.
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