La boda de Sandra y Miguel Angel en Palma De Mallorca, Islas Baleares
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14 Jun, 2014El día de nuestra boda
El día de mi boda, sin duda, es hasta el momento el mejor de mi vida. Dormimos cada uno en casa de sus padres, él con su hija que también fue una de las protagonistas, la encargada de llevarnos los anillos y ella superfeliz. Tiene 7 añitos y nosotros llevamos 6 años juntos, así que imaginaos, como si fuera mía también. No somos muy tradicionales, pero por eso de seguir con alguna tradición antigua, me tocó dormir con mi hermanito esa noche. Yo quería que mi última noche de soltera fuera con mis padres y mi hermano como cuando vivíamos todos juntos, nos levantamos sobre las 8:15 horas y nos fuimos todos a desayunar. Después a empezar a tope con el día. La verdad es que estuve supertranquila, estaba más nervioso todo mi alrededor que yo.
Fuimos a buscar mis zapatos que me los olvidé en casa el día anterior y de ahí a recoger mi ramo. Cómo lloré al verlo, precioso, y pétalos para preparar los conos, pulseras para mis damas de honor que fueron mi cuñada y mi prima y también quise que llevaran mi suegra y mi madre. Prendidos para los hombres importantes como mi marido que se lo dejé en casa de sus padres, pero sin vernos, mi hermano, mi padre, mi suegro y mi cuñado y de ahí duchita y para la peluquería, sesión de peluquería, a casa a preparar conos personalizados que hicimos con pétalos para los invitados, a comer un poquito y hacer tiempo hasta la hora de ir a maquillarme, todo esto yo tranquilísima como si la boda fuera de otra.
Seguir leyendo »Me encantó, porque disfruté de cada momento del día, maquillaje y para casa que venía el fotógrafo corriendo, tanto que llegó y yo sin vestir, pero nada, en 10 minutitos estaba yo preparada para mi sesión. Eso sí que lo disfruté. Tengo unas ganas de verlas… Mientras yo estaba con las fotitos llegó familia a casa de mis padres, mis tíos, mi prima y el coche que me llevaría hasta la finca, que fueron unos amigos de mis padres, que son como de la familia porque se conocen de su juventud. Llegó el momento de salir de casa, todos se fueron y nos quedamos mi padre, nuestro "chófer" y amigo y yo. Mirad si íbamos bien de tiempo que tuvimos que dar un par de vueltas antes de entrar en la finca para no llegar antes y coger a la gente entrando porque el novio me esperaba en el altar.
Llegamos a la finca, bajamos del coche y en el momento que puse un pie en la entrada del patio donde nos íbamos a casar me derrumbé, no paré de llorar hasta llegar a él y aun así en algunos momentos de la ceremonia se caía alguna lagrimilla y tengo pruebas gráficas de que al novio en mi entrada también. Resumiendo, disfrutamos muchísimo de ese día con nuestra familia, amigos y ahora viendo fotitos y vídeo vemos que los que nos acompañaron también. Volvería a repetir ese día una y mil veces. ¡Felicidad absoluta!
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