La boda de Ruben y Elisabet en Blanes, Girona

La gente llegó una hora tarde... pero íbamos con tiempo ya que adelantamos la ceremonia a las 12 por si pasaba esto. Yo estaba un poco de los nervios escondida durante 45 minutos en un banco. Mi marido estaba recibiendo a los invitados. Luego llegó el momento. Yo me perdí su entrada pero podía escuchar su canción... acto seguido empezó a sonar Juego de tronos ¡y era mi turno! Bajé del brazo de mi padre las 79 escaleras que había bajo mis pies. Miraba en frente y solo podía ver el mar de un azul intenso. Fue increíble. Vi luego a todo el mundo allí abajo y empecé a escuchar a nuestra bebé chillar "Alaaaaa alaaaaaa" y cuando estaba a bajo se lanzó a mis brazos y me emocioné. Luego se puso a bailar la canción y con su cestita junto a mi sobrina fueron tirando pétalos delante de mí hasta llegar al "altar”.

El segundo momento más emotivo fue el discurso de mi cuñado. Qué pedazo de discurso hizo, nos dejó sorprendidos, mi marido sale conteniendo las lágrimas en las fotos. Antes de esto hicimos la ceremonia de plantación del árbol con un mandarino que ahora tenemos en el camping ¡y que da unas mandarinas muy ricas!

Las alianzas las trajo el niño de mi marido de 12 años con nuestra hija de la mano. Quería participar de la boda e hizo de esa entrega un momento especial.

Después de firmar miles de documentos cada uno (era ceremonia oficial aunque fuera al aire libre) salimos por el pasillo y nos tiraron los pétalos mientras sonaba la canción de Throne Room se Star wars que parece una marcha nupcial.

Luego fuimos todos a la masía a comer mucho. Era todo tipo lunch con comida para picar y un principal que tampoco necesitabas cuchillo para comer. Cada uno se sentó donde quiso y podías ir rondando por la carpa o salir al jardín. Los niños comían en el parque con una cuidadora y tenían su propio pica pica o podían comer con los mayores e ir de aquí para allí.

Muchas emociones juntas ese día. Me dolió no tener a mi abuela (aunque llevé los pendientes que ella llevaba en la boda y el ramo se lo entregué a mi madre y fue para mi abuela en el cementerio) y mi tío (el ramo era de orquídeas su flor favorita y los prendidos se los di a mi prima y mi tía las cuales se emocionaron mucho).

A mis padres y mis suegros les regalamos un buen vino... ¡qué menos! ¡Pagaban banquete!

Me pasé por lo menos hora y media dando los regalos (mermelada artesanal que decoré y baraja de cartas) y tomando las fotos de los invitados con dedicatoria con la polaroid y colgándolas en el árbol de los deseos, pero mereció la pena, queda un bonito recuerdo.

Pusimos en la barra libre una pizarra donde la gente escribía los temas que quería y el dj los iba poniendo. El primero se lo dedicó su hermano al novio y terminaron los 3 hermanos haciendo karaoke con pelucas, ¡fue muy divertido!

Luego mi marido y yo nos fuimos al camping que tenemos al lado a dejar el mandarino y charlamos sobre lo bien que había ido todo. ¡El resto está censurado!

Todavía estoy montando el álbum... ya lo recuerdo con nostalgia y mi marido al día siguiente ya me decía de hacer las bodas de plata en el mismo sitio. ¡Muy buena experiencia!

Dejo algunas fotos que tengo en el móvil aunque las hay muy chulas pero para hacerse una idea,

Disfrutadlo que pasa volando como dicen por ahí y eso que la nuestra duró todo el día. ¡Sed felices!