La boda de Rubén y Beatriz en Valladolid, Valladolid

Y llegó el momento, al oír la música de mi futuro marido bajando las escaleras no pude contenerme y dijeron, vamos allá, el fotógrafo decía, no, espera, ¡házselo desear un poco más! Y salimos al jardín por esas escaleras, madre mía que momento, la gente que te mira, te dice que estás preciosa...pero todo pasa muy rápido, sin darme cuenta tenía ahí a mi chico al que abrace entre lágrimas de emoción.

La ceremonia en el embarcadero fue preciosa porque fue amena y hablaron mi hermana y dos amigos... qué bonitas palabras y que risas. Pusimos abanicos, agua fría y cubre tacones. Nos hicimos unas cuántas fotos allí al terminar y fuimos al cóctel con los invitados. No paraba de salir comida, chapas divertidas, libro de firmas, árbol de huellas que me regaló mi hermana... ¡todo precioso y que felicidad!

La entrada al restaurante la preparamos con caretas de Star Wars con la música porque a mí ya marido le encanta y la gente alucinaba, les encantó. Hubo muchísima comida, pero yo no podía dar bocado de los nervios que había tenido así que disfrute de todos mis amigos y familiares yendo mesa por mesa. Dar el ramo a mis hermanas fue precioso. Después el baile con la canción de somethin' stupid que encanto también y a bailar, barra libre, gominolas, foundat de chocolate enorme... es tu boda y aguantas, yo estuve en pie hasta las 7 de la mañana desde la 1 que me casaba y con lo poco que había dormido.

Triste porque se ha acabado, pero feliz por el recuerdo que tengo solo puedo decir: gracias Rubén por haberte casado conmigo.