La boda de Rubén y Ariana en Chantada (Casco Urbano), Lugo
Rústicas Otoño Naranja
R&A
14 Oct, 2023El día de nuestra boda
Todo empezó en la peluquería... A las 9 de la mañana llegué, toda tranquila, me lavaron el pelo y me maquillaron, mientras me traían un café para desayunar. Tras un par de horas de brocha, peine, secador y laca, terminaron el peinado y el maquillaje (para mi gusto, cómodo y excelente). Después pasé a recoger el ramo para la ceremonia. Un ramo superchulo, lleno de colores del otoño (naranja, amarillo, lilas...), muy alegre y divertido, igual que yo. Seguidamente, ¡me dispuse a ir a casa a ponerme el vestido! Y bueno, una deliciosa locura, pues la gente ya comenzaba a llegar y todos eran a saludarme y felicitarme, y yo con las bragas, el corsé (que aprieta a más no poder) y con la famosa batita cubriendo todo esperando a los fotógrafos, que llegaban tarde porque, en esta ocasión, ¡fue en novio el que se retrasó!
Cuando estos llegaron, hicimos las fotos junto al vestido y con los zapatos (azul coral y adornos en cristal). Después, tocó el momento de ponerse el vestido... Mi madre y mi prima con un estrés horrible y yo, pues tan tranquila pidiéndoles que se calmasen. A continuación, llegó el momento velo, el cual fue un desastre, pues me lo colocaron con toda buena intención, pero del revés. Hicimos más fotos con la familia y llegó el momento de ir a la iglesia.
Seguir leyendo »Me subí al tractor de mi abuelo (Jhon Deere 515), el cual mi padre había preparado unos días antes. Decidí llevar el tractor porque mi abuelo hacía unos años que falleció y quise recordarlo de esa manera. Además, en el cajón que colocamos detrás del tractor para ir mi padre y yo, coloque el sombrero que solía llevar adornado de flores.
Llegamos a la iglesia y estaba todo el mundo esperando. Rubén junto al altar y el resto de amigos y familiares estaban fuera aplaudiendo. Entré, con toda tranquilidad, del brazo de mi padre y solo pude ver lo guapo que estaba el novio. Parecía tranquilo, pero, en el fondo, yo sabía que estaba nervioso (su tic del mentón lo delataba). Le brillaban los ojos y tenía una gran sonrisa.
En cuanto a la misa, decir que fue muy amena y graciosa. El cura estuvo genial. Le pedimos a nuestras respectivas primas que hicieran las lecturas. Una vez terminada, fotos y más fotos y a la hora de salir llovieron arroz, garbanzos y mucho confeti.
Luego llegó la hora de comer. Nos teníamos que desplazar al restaurante en el coche del tío de Rubén, pero un pequeño percance: nos llenaron el coche de globos y digamos que nos atrasó un poco. Pero bueno, llegamos todos juntos con el sonido de las bocinas. Nos bajamos junto al hórreo del restaurante y nos recibieron con unas copas de champán para hacer el brindis. Hicimos un par de fotos y luego comimos algo junto con los invitados.
Después, la encargada fue llamando a los invitados por mesas para hacer las fotos en grupo, y al acabar iban pasando a las mesas, las cuales llevaban el nombre de un tractor escrito en gallego y en lengua de signos (añadimos esta temática por nuestras profesiones). Hicimos la entrada al banquete con la canción Sarà perché ti amo, e hicimos en brindis con las copas que nos regaló nuestra amiga Lorena.
Comimos mucho y, entre plato y plato, el DJ nos iba poniendo las canciones que seleccionamos para dar los regalos a los padrinos, los padres, la abuela y la niña de los anillos. Los padrinos se encargaron de entregar los detalles. Y como no podía faltar, los novios. Estos se los entregamos 2, uno para mi prima y su pareja y otro para el primo de Rubén y su pareja. Ay, ¡que me olvidaba de la tarta! Era una tarta colocada en una estructura de bicicleta y la figura de los novios estaba personalizada, y como no podía ser menos, eran los novios subidos en un tractor Jhon Deere 515.
Entonces llegó en momento que Rubén más temía, el baile, ya que él no es un gran bailarín y lo ensayamos como 2, 3 veces, pero he de decir que el gran momento improvisamos todo el baile y quedó todavía mejor que en los ensayos. Usamos la canción de Il Divo: Hasta mi final. Nos quedó un baile superchulo porque los invitados se cogieron de la mano e hicieron una rueda a nuestro alrededor.
¡Ah! Y no nos podemos olvidar del momento ligas, escogimos a cuatro parejas de amigos y, la verdad, lo dieron todo. Fue un momento muy divertido.
Finalmente, la fiesta con barra libre, mesa dulce y recena. Mucho baile y cachondeo hasta el día siguiente.
Sin duda, un gran día. Volvería a repetirlo, eso sí, con la misma persona.
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