La boda de Rocío y Miguel en El Puerto De Santa Maria, Cádiz

Por el camino, me faltaban mariposas en el estómago, qué de nervios, deseando llegar a la iglesia. Una vez en la iglesia, el recibimiento fue increíble, al grito de “¡guapo!”, “¡viva el novio!”, aun recordándolo se me ponen los vellos de punta, y tras recibir todo tipo de elogios y esperar un poquito a mi futura mujer, decidimos entrar en la iglesia. Allí estaba un grupo de mi banda Maestro Dueñas, esperando a que entrara para poner sus sones. No tengo palabras para expresar lo que sentí, estaré eternamente agradecido.

Ya en mi lugar junto con mi madre, los nervios se calmaron un poco, pero cuando miré a la puerta y vi llegar la carroza de caballos, ya los nervios estaban a flor de piel.

Llegó mi mujer, y la banda junto con la cantante profesional pusieron sus sones y voz a la entrada de la novia.

La ceremonia elegida fue sin misa, así que fue corta, pero intensa y llena de emociones, al salir nos esperaban todos en la puerta para tirarnos pétalos de rosas y arroz, no antes sin hacer nuestro brindis. Me llegó arroz hasta el Misisipi y más allá, pero fue un momento indescriptible, momentos después, junto con nuestros pequeños, nos montamos en la carroza para irnos a la sesión de fotos.

La sesión de fotos fue en Puerto Sherry, justo en la zona del faro, sitio precioso y espectacular.

Ya una vez terminada la sesión de fotos, nos montamos en la carroza y fuimos al convite en la Bodega el Cortijo, lugar de gala para celebrar nuestra fiesta.

Buffet de quesos, jamones, aperitivos, bebidas... Ahí no faltaba ni gloria para nuestros invitados, momento de la llegada, brindis, y a disfrutar de los aperitivos con nuestros amigos, compañeros, y familia. El catering, espectacular, siempre pendiente de nosotros, no nos faltaba de nada.

Los invitados se fueron para dentro, nosotros esperamos fuera para hacer nuestra entrada, y vaya la que se formó. Lo dimos todo, pero los invitados no se quedaron atrás, ¡vaya subidón para empezar!

La comida espectacular, trato inmejorable, y llegó el momento del corte de tarta, superbonito y emocionante, entrega de regalos, sorpresa para el público y baile nupcial, momento esperado por todos porque somos pequeños bailarines latinos que, por cierto, salió de 10.

Momento de barra libre, qué voy a decir de aquí, siempre respetando todo, nos lo pasamos superbién, sin palabras. La entrega del ramo fue con sorpresa, porque no se hizo como se hace normalmente y quedó muy pero que muy bien, ya los invitados flipando con todo, disfrutaban de la barra libre, con el espejo mágico, palomitas, castillo hinchable, coreografías, recena de empanadas argentinas.

Y ya, una vez terminado todo, al hotel de Puerto Sherry.

Y hasta aquí os puedo contar de día de mi boda.